jueves, 5 de julio de 2012

¡Qué resfriadita estoy hoy! Tengo fiebre, la cabeza como un bombo, litros y litros de mocos... pero ahí he estado como una machota, al pie del cañón. Durante el día, les he dicho a los niños alguna vez que no me encontraba muy bien y mi pobre Charlie, cuando llegó Tamsyn le dijo que yo estaba malita, siempre cuidándome. Pero yo he querido restarle importancia, porque estoy suficientemente bien para estar con los niños y me sentiría culpable estando todo el día en la cama en mi propio puesto de trabajo.

Y bueno, hoy ha sido el primer día de vacaciones de Alannah, así que ella misma ha elegido lo que quería hacer. Aunque me sigo levantando a las siete de la mañana, la parte buena de las vacaciones es que no tiene que estar listo todo a las ocho y media para llevar a Alannah al colegio y me puedo sentar tranquilita con los peques en el sofá a beberme un café mientras vemos los dibujitos. Total, que como hoy hacía buen tiempo (entendedme, no llovía) Alannah ha decidido que quería hacer un picnic en el parque, llevarnos una pelota para jugar y unos cuantos de libros para leérselos.

El plan me ha venido de perilla, porque así podría estar sentada en una mantita y, además, yo tenía pensado llevarlos al Dulwich Park y han preferido ir al que tenemos al lado de casa. Ha sido muy gracioso, porque hemos jugado al Pick it in the middle (cógela en el medio, el mareito de toda la vida). Después se han comido unas cerezas, aunque Charlie no sabía; les he leído unos cuentos, aunque Alannah ha elegido unos demasiado largos y Charlie se aburría; y nos hemos comido unos pasteles de chocolate. Os enseño unas fotos (por fin podréis ver a Alannah, que estábais fritos):



También les he grabado algunos vídeos, pero en el primero les dije de broma que me enseñaran el culete y ya se vinieron demasiado arriba. Por cierto, alguna vez os he contado que Alannah y yo jugamos con una manta... pues es esa.

Después de estar en el parque, fuimos una horita al playground para que jugaran a sus anchas y a las 12:30 nos fuimos a tomar el almuerzo. No había nadie en casa, así que lo preparé para ellos. Charlie estaba ya penosillo, de estas veces que está tan contento y llora preguntando por su mamá y luego está contento otra vez, así que acabé cogiéndolo en brazos y dándole yo misma el sandwich. Pero Alannah decía que ella también quería sentarse conmigo, así que puse mi silla apretada entra la de los dos y nos comimos nuestro almuerzo jugando a que Alannah era la Bella, Charlie la Bestia y yo Gastón.

La verdad es que nos lo hemos pasado muy bien, a pesar de mi enfermedad. Alannah decía que era el día más divertido de su vida; aunque cuando llegó su madre, como todos los niños, sólo le contaba las cosas malas: que si Charlie no paraba de llorar preguntando por ella, que si habían enseñado el culo mientras yo les grababa...

¡Y por fin me pude tumbar en mi cama para dormir una siesta! Cuando me desperté dos o tres horas después, estaban viendo Buscando a Nemo y me senté con ellos a verla. Como siempre, se vinieron corriendo a acurrucarse conmigo. Están súper mimosos conmigo, todo el día abrazándome, dándome besos...

El que está muy muy muy llorón es Ruairi. Siempre me decís que no sabéis ubicarlo, pero es que antes siempre estaba comiendo o dormidiito y no tenía nada que contar sobre él (excepto cuando me vomitaba encima), pero ahora no hay manera de que se calme. Así que va de brazos en brazos pegando chillidos.

Y nada, a los multitudinarios inquilinos poco los vemos por aquí. La prima de Tamsyn suele irse antes de que yo me levante y los padres de Tamsyn han estado todo el día de turismo. Lo curioso es que sólo comen dos veces al día. Se metieron un atracón por la mañana de barbacoa y de todo lo habido y por haber para desayunar y han llegado por la tarde diciendo que ya habían cenado a las 15:30. Estos guiris...

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