viernes, 13 de julio de 2012

Hoy me he reventado en el gimnasio. Tamsyn iba a ir con otras madres y niños al play center grande que ya fui una vez con Hugh, así que aproveché la mañana para ponerme un poco en forma (y creo que me he destrozado el estado físico para todo el fin de semana). Mi jornada deportiva ha consistido en 35 minutos haciendo elíptica, cien repeticiones de bíceps con cada brazo (con un kilo, lo reconozco), cien de tríceps con cada uno, cien de pecho y cien abdominales en la banca.

Por la tarde, se suponía que iba a ir a la piscina con los peques pero, como era de esperar, llegaron destrozados a casa (y acompañados de Isobel); así que Tamsyn les puso una peli y, mientras las niñas la veían, yo planchaba y Charlie estaba frito en el sofá. Lleva unos días que se está echando unas siestas kilométricas. Así le pasa lo que le pasa al pobre, que por la noche, cuando lo acostamos, me lo acabo encontrando 15 minutos después bajando las escaleras porque no tiene sueño.

Así que el trabajo de hoy ha sido más bien poquito. La rutina de las mañanas, una horita y media de plancha,  dar la cena a los niños (cuando me siento con ellos, siempre se la acaban) y el baño.

Y sí, yo misma me sorprendo, pero eso es todo por hoy. Mañana el plan es montarnos en el London Eye, comer en un nuevo chino con muy buena pinta y ver el Big Dance en Trafalgar Square. Más de 1.000 personas de 40 grupos diferentes bailando a la vez. Tiene buena pinta, pero la lluvia no va a dar tregua... Así que ya os cuento mañana y os enseño fotitos. ¡Buenas noches!

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