lunes, 30 de abril de 2012

Hoy, de nuevo, me ha despertado el sol. Pero lo más importante es ¡que había sol! Así que, después de llevar a Alannah al cole, fuimos con Charlie y su amigo Elliot al gran parque junto a la estación de Herne Hill. Por fin hemos podido pasear, coger flores, tirar piedras a los charcos, jugar en la arena, mirar los patos del lago y correr, sin que ello suponga llevar al límite mi paciencia (también la de Tamsyn) bajo la lluvia y sin paraguas.

A veces, cuando estoy pasando un día tranquilo y soleado jugando en el parque, siento que soy muy afortunada. Pero también en el mismo día las cosas me pueden venir cuesta abajo. Esto es una de cal y otra de arena una y otra vez...

Por primera vez, hoy he tenido que recoger a Alannah del cole (yo sola). Estaba un poco nerviosa porque no sabía cuál sería su reacción al verme a mí y no a su madre y al final, su cara fue totalmente de decepción. No obstante, me estuvo enseñando sus dibujos y estuvimos charlando de cómo le había ido el día pero, a los dos minutos, ya la había perdido de vista. "Oh, my goodness, ¿dónde está Alannah?". No podía creer que el primer día ya se me perdiera... pero estaba buscando su patinete. (Sí, en Londres todos los niños van en patinete al cole e, incluso, tienen su área reservada para aparcarlo).

La cuestión es que cuando Alannah e Isobel (su amiga) cogieron sus patinetes, aún quedaba el de Romaly; así que Alannah me insistió para que nos lo llevásemos y se lo diésemos nosotras mismas. Pero no había rastro de Romaly en todo el camino de vuelta a casa, así que fuimos nosotras mismas a su casa a llevárselo pero (¡Oh, no!) en casa no había nadie. Muy bien, acababa de robarle el patinete a una niña de cuatro años. Nada más llegar a nuestra casa, le conté la historia a Tamsyn para que llamase a su amiga y, efectivamente, estaban aún en el colegio preocupadas buscando su scooter.

Hoy Alannah no quería jugar conmigo. A veces lo hace y me hace totalmente el vacío. Esas veces me siento realmente mal. Me fui a intentar jugar con ella en el jardín (que tuve que salvarla de mil caracoles), le hice un lagarto de papel que abría la boca, le cantaba sus canciones del cole... Nada. Así que se fueron al parque con la madre y, como era mi tiempo libre, decidí quedarme esta vez en casa. No puedo implicarme tanto...

En la cena, como siempre, los niños no querían comer (quizás picoteen demasiado durante el día), así que Tamsyn mandó a Charlie a las escaleras y, cuando fue a llevarlo a la cama, mandó también a Alannah si no se iba a tomar su cena "Don't be silly Alannah, have just a little more fish and mumy will be so happy with you" (No seas tonta Alannah, come sólo un poco más de pescado y mamá estará muy contenta contigo). Así que volvió a la mesa y me senté con ella para ayudarla.

Y, de repente, mientras comía algo más, se me ocurrió un juego (a veces creo que los malcrío): yo le daba a ella de comer y ella me daba a mi otro poco también. Y, cuando ella me daba a mí, la imitaba "I don't want to", "It's too much" (No quiero, es demasiado). Así que estuvimos jugando a ser ella y ella, a ser yo. Fue divertido, pero no sirvió para que comiera mucho más.

Cuando iba a subir a bañarse, desde las escaleras me preguntó si la quería "too much" (muchísimo), "how much?" (¿cuánto?); "from here to here" (desde aquía hasta aquí), le dije señalando las escaleras y la puerta de entrada. "And you?" (¿Y tú?), "I don't need you" (yo no te necesito), "really??" (¿de verdad?), le dije mientras fingía llorar. Y entonces, se empezó a reir y me dijo "I'm your best friend" (yo soy tu mejor amiga) y abrió los brazos para que le diera un abrazo...

¡Dios, estos pequeñajos van a volverme loca!

Os dejo un par de fotos de ayer. En ellas podréis ver mi nuevo paraguas, a conjunto con el de Manon, y el día tan horrible que tuvimos ayer... ¡Buenas noches!



domingo, 29 de abril de 2012

Oh, my goodness! Esta dichosa lluvia no va a desaparecer nunca.

Hoy había quedado con Manon para dar una vuelta por el centro y ver, por fin, a Berta, que hoy iba a estar por Londres con unos amigos de Jaén. Así que las dos íbamos a vernos en Hyde Park Corner a las 11:00 para ver el cambio de guardia en Buckingham Palace, que al final resultó que no era hoy.

La cuestión es que le mandé el mensaje protocolario a Manon diciéndole el punto exacto en el que estaba, pero pasaban los minutos (que se hacían eternos bajo la lluvia y el fuerte viento) y no llegaba. La llamaba y me salía el buzón de voz. Me recorrí treinta veces todas las salidas de metro de la estación y no estaba en ninguna de ellas. Buscaba a lo lejos un paraguas como el mío, alzaba mi paraguas por si ella podía verlo desde algún sitio. La volvía a llamar. Nada.

Así estuve más de una hora. Al final, no sabía si llamar a Berta e irme con ella, si irme a mi casa, si enfadarme, si llorar... Pero seguía dándole una oportunidad y volvía a dar una vuelta a ver si la encontraba. Al final, casi decidí tirar la toalla, así que me dirigí de nuevo a la estación y, de repente, ¡allí estaba ella hablando con los guardias de seguridad a ver si podían ayudarla a encontrarme! ¡Qué alegría nos dió vernos! Resulta que ella había perdido el tren y se había olvidado el móvil en su casa, así que mientras yo me movía para buscarla, ella iba siguiendo mis pasos buscando un paraguas como el nuestro y debimos cruzarnos treinta veces, pero nunca nos veíamos. De película.

Las dos estábamos empapadas, así que lo único que nos apetecía era tomarnos un café y seguir luego el camino, pero llamamos a Berta para ver dónde estaba y, al final, cogimos de nuevo el metro hacia Westminster, donde nos estaban esperando en un McDonalls. Como los amigos de Berta estaban por primera vez en Londres sólo para pasar el puente, el día ha sido turístico total. Y después de ver el Parlamento nos fuimos al British Museum. Odio ese sitio. Para llenar el museo han desmantelado todo Egipto y Grecia. No tiene sentido que en un museo británico haya momias, esfinges y hasta trozos de edificios. Me da pena que se hayan destrozado lugares realmente emblemáticos para descontextualizarlos entre cuatro paredes.

Como Berta tenía que volver temprano a Birmingham, la acompañamos hasta la estación de autobuses de Victoria. Ya he visto dónde tengo que coger el autobús para ir al aeropuerto de Stansted y, más o menos, ya sé por dónde cae el hotel de mis padres.

Cuando Berta se fue, acabamos en nuestra parada diaria del fin de semana: Starbucks. Esta vez he descubierto una bebida que me ha gustado mucho y que no es perjudicial para mi salud gástrica: el frapuccino de caramelo. Es como leche con hielo picado, caramelo y nata; y sabe como a helado.

Mañana intentaré subir las poquillas fotos que hemos hecho hoy (con la lluvia, no hay quien pose o quien saque la cámara). De todas formas, aún me quedan cinco meses y medio...

sábado, 28 de abril de 2012

Estoy harta de la lluvia. Desde que llegué no ha habido un solo día en el que no hayan caído, al menos, unas gotillas; pero estos últimos días ya se está pasando... Y más, ¡coincidiendo en fin de semana!

Manon y yo habíamos quedado a las 11 en Notting Hill para ir al mercado de Portobello, pero la lluvia nos ha chafado el plan. Lo peor ha sido que cuando llegué a la estación de tren resultó estar cerrada y tuve que irme a toda prisa a la de Herne Hill, lloviendo como estaba y ¡sin paraguas! Aunque ya empiezo a acostumbrarme a que me llueva todo el día encima... Tamsyn y Hugh no para de disculparse por el tiempo y me prometen que es algo inusual, aunque ya no me lo creo... (pobres, como si ellos tuviesen culpa...).

Esta vez, como por arte de magia y entre cientos y miles de personas (hoy Londres estaba intransitable), mientras sacaba el móvil para avisar a Manon de donde estaba, me la encontré frente por frente.

Como llovía tanto y ninguna de las dos teníamos paraguas, tuvimos que hacer cambio de planes e ir al Primark de Oxford Street (vaya por Dios...). Os enseño mis adquisiciones:



La camisa es mucho más bonita en persona, porque es transparentita. Necesitaba una así para mi existencia.  Lo demás, son unos cinturoncitos y una morcilla nueva en dorado. Las gafas merecen una mención aparte, porque valían dos libras ¡y me han costado cincuenta céntimos! También nos hemos comprado un paraguas cada una (las dos el mismo). Mañana nos echaremos fotos para que los veais (espero que haciendo el paripé y no porque llueva...).

Nuestra estrategia compradora ha sido la ideal. Hemos cogido cada una una cesta y hemos empezado a rellenar y al final, en la cola para pagar, hemos empezado a hacer descartes.

Después de comer, hemos ido a comprarnos algún pastelito y a tomarnos un café en Starbucks (otra vez). La verdad es que se está super agustito charlando de cualquier cosa mientras te tomas un café y haces planes para el resto de fines de semana. Lo peor es el efecto maligno de un café doble (por mucha natita que tenga). Me he reído mucho con Manon pensando cuánta gente se estaría haciendo caca en esa habitación en ese preciso momento.


A la vuelta, los peques aún estaban despiertos y me han recibido muy contentos. Podéis estar tranquilos, aquí me tratan muy bien y cada día me voy sintiendo un poco más como de la familia. Pero os echo de menos... :-)

Por cierto, el invento ayer de las medias no sirvió para nada. No lo recuerdo porque estaba dormida, pero me debieron durar 5 minutos en su sitio. De todos modos, creo que ya me estoy acostumbrando...

viernes, 27 de abril de 2012

Casi sin darme cuenta, ya es otra vez fin de semana. En estos momentos, estoy sola con los niños en la casa, pero esta vez, los padres se han encargado de llevarlos a la cama antes de salir a cenar. Así que mi trabajo ahora mismo consiste en que si los escucho llorar o necesitan a alguien, aquí estoy yo.

Esta mañana comenzó muy divertida. Nada más despertarme y bajar a la cocina, me encontré a Charlie solo sentado en el suelo y rodeado de una caja entera de cereales derramada. Oh, Charlie, what have happened? (¿qué ha pasado?). Pero no pude evitar reirme.

El día ha vuelto a ser insoportablemente lluvioso y el camino hasta el colegio de Alannah, horrible. Aun no tengo paraguas, así que tuve que ir empapándome todo el rato. A los pocos minutos de salir de la casa, Charlie se calló de su scooter y fue a parar directo a un charco. Así que Tamsyn tuvo que salir corriendo a cogerlo en brazos y yo me adelanté con Alannah que, una vez más, llegaba tardísimo al colegio.

Mi tarea de hoy era jugar con Charlie por la mañana, pero Tamsyn había quedado con unas amigas para tomar un café en su casa y se llevaron a sus pequeños (de dos y tres años), así que me vi jugando con tres granujillas que se peleaban por los juguetes y que se meaban de risa cuando repetía las mismas tonterías una y otra vez.

Como por la tarde seguía lloviendo, fuimos en coche con los peques a un parque interior de toboganes y bolas para que corretearan. Tamsyn dice que no le gusta que estén todo el día encerrados en la casa. Y sí, nada más llegar, dejó de llover y salió el sol. Aunque bueno, los niños se lo han pasado muy bien. Charlie mejor que Alannah. La pobre, a los pocos minutos de llegar, se tiró por un tobogán altísimo y salió volando. Además, después vino dos o tres veces llorando porque I always follow Charlie and Charlie never follows me! (yo siempre sigo a Charlie pero Charlie nunca me sigue)Los gritos de Alannah diciendo Charlie, watch this! (¡mira esto!) se escuchaban por todo el parquecito, pero Charlie estaba tan entusiasmado con todo, que no quería compartir su momento con nadie, ni mucho menos perdiendo el tiempo mirando.

En el camino de vuelta, Tamsyn compró polos para todos. Hacía años que no me comía un polo de agua con palito y ¡no sabía lo que me estaba perdiendo!

Con los niños, estoy cada día un poquito más cerca. Esta tarde, por ejemplo, Alannah se ha echado encima mía mientras veíamos los dibujitos en el sofá y nos hemos quedado las dos fritas.

Os dejo una foto de nuestra obra de arte (me siento culpable haciendo fotos destrangis cuando no hay nadie en la casa. ¡Periodista tenía que ser!)


¡Buenas noches! Hoy voy a dormir con unas medias enrolladas en mi cabeza a modo de antifaz. ¡Deseádme suerte!

jueves, 26 de abril de 2012

Ya llevo una semana en Londres. En realidad, se me ha pasado volando; aunque por otra parte, me siento como si llevase aquí mucho tiempo y, a la misma vez, algunos momentos se me hacen muy cuesta arriba. Es una mezcla muy grande de sentimientos.

Pero hoy, estoy satisfecha con mi progreso en Londres. Por la mañana volvió a ser un poco difícil, estos niños son realmente llorones (¿realmente? estoy empezando a tener influencias del inglés en mi vocabulario). Cuando tocaba lavarse los dientes, Charlie me lo puso muy muy muy difícil. Cuando se ponen cabezotas, sólo saben llorar diciendo "I don't want to" <No quiero> (eso del to después del want lo he aprendido aquí en Londres). Se puso tan tan cabezota, que me mosqueé y le dije que muy bien, que no se lavara los dientes, pero que no volvería a ser su amiga nunca más (I won't be your friend anymore) y me bajé a mi habitación. A los dos minutos, estaba buscándome para decirme que se había lavado los dientes él solito. Oh, good boy! (Buen chico).

De camino al cole de Alannah (del cual, me sé el camino de ida pero no el de vuelta), estaba lloviendo de nuevo. Así que cogimos el carrito y nos fuimos lo más rápido posible (Tamsyn dice que siempre llegan tarde). Al llegar, paró de llover, pero a Charlie le gusta tanto mi paraguas de fresa que se lo abrí para que lo llevara cogido y apenas tardó medio minuto en caerse al suelo encima del paraguas y doblarle el palo. Mi pobre paraguas me ha durado just a week (justo una semana). Se sentía tan culpable, que se lo contaba a todo el mundo con el que nos cruzábamos: I've broken the Ana's strawberry umbrella (he roto el paraguas de fresa de Ana).

Pero ahora tocaba hacer andando el largo camino hasta la guarderia de Charlie y, cómo no, empezó a llover de nuevo. Mi panorama era desolador: el paraguas no se quedaba arriba porque se había perdido el pincho y no paraba de cerrarse, el palo estaba completamente doblado y se me ponía para atrás con el viento. Pero me reí mucho. La verdad es que hace bastante frío. Me acuerdo mucho de mi padre porque siempre me dice que me abroche las chaquetas y nunca le hago caso, pero aquí no me queda más remedio...

Cuando dejamos a Charlie en la guarde, Tamsyn y yo nos fuimos al centro a comprar ropa para el bebé. Tamsyn me dijo que no era necesario, que sólo la acompañase si quería, pero la verdad es que me apetecía pasar un rato tranquilo con ella para conocernos un poco mejor y practicar inglés. Y fue una magnífica idea. Me ha dicho que en junio irán a Irlanda a enseñarles el bebé a sus familiares, así que iré a conocer un nuevo país. Hooray! (¡Hurra!)

La tarde ha sido bastante tranquilita. Tuve descanso hasta que una vecina y amiga trajo a Alannah del cole, así que me bajé para estar con ella. No quería ni verme. Le dije que se viniera conmigo al salón, que iba a dibujarle una princesa (se lo llevaba prometiendo desde que, por Skype, le enseñé los dibujos de Bob Esponja y de Fireman Sam), pero sólo quería entrar en el baño, que estaba su madre duchándose. Así que me bajé de todos modos a dibujar porque sabía que, en cuanto lo viera, se quedaría conmigo. ¡Me salió chulísimo! Aunque luego ella lo coloreó a su manera... (a ver si pudiera enseñaros alguna foto). Así que, cuando terminamos el dibujo, le dibujé un Fireman Sam a Charlie para darle la sorpresa cuando llegara de la guarde, que Tamsyn había ido a recogerlo. Le encantó.

Cuando Charlie lo vió, no podía creérselo. Así que se subió encima mía y nos pusimos a ver fotos de Sam en mi ordenador. Y después les puse algunos capítulos en Youtube. Esta noche, Tamsyn había quedado con la amiga que os he comentado antes (que es súper amable y educada), así que su hija (de la edad de Alannah) y su bebé estaban allí con nosotros. Todos encima mía viendo los dibujos. Nos lo hemos pasado muy bien.

Ha sido muy guay porque los peques van cogiendo más confianza conmigo y, cuando lloran, ya se consuelan también si los cojo yo (aunque nombren a su madre) y, cuando se hacen daño, vienen a que les dé besitos (al menos hoy, quién sabe mañana...). Además, hoy he enseñado a Alannah a dar besos de mariposa (butterfly kisses) ¡y le han encantado! Crucemos los dedos para que todo siga así...

miércoles, 25 de abril de 2012

Hoy, por primera vez, he hablado dos veces en español mientras jugaba con Charlie. Mis palabras han sido: "joder" y "muy bien, haz lo que quieras". ¡Guau! no hay nada peor que un niño penoso.

Ya por la mañana se levantaron muy cansados y queriendo estar solo con su mumy. Tamsyn me ha dicho que siempre les suele pasar al día siguiente de que alguien se haya hecho cargo de ellos de noche, pero poco a poco se les fue pasando.

Hoy era el primer día de cole de Alannah, así que fuimos andando para que me aprenda el camino (al final, me lo va a tener que dibujar en el mapa). La lluvia nos ha hecho el camino muy muy duro, y más, teniendo en cuenta que si dura unos 15 minutos, con los peques parándose en cada charco y caminando con sus piernecitas pequeñas, tardamos el doble. La verdad es que estos dos últimos días están siendo horribles con el tiempo. Mis padres me han dicho hoy que tenemos encima una ciclogénesis explosiva, algo así como un pequeño huracán me imagino yo...

Después de llevar a Alannah al cole, estuve jugando un rato gigante con Charlie en su habitación (es fácil jugar con él, porque hay tres o cuatro tonterías que le hago que le encantan y sólo quiere que se las repita una y otra vez). Y después lo llevamos a tuble tots. Es un sitio donde los preescolares tienen monitoras y cantan canciones y hacen juegos y ejercicios por toboganes, escaleras, colchonetas... y las madres están allí también para ayudarles.

Por la tarde, me tocó quedarme de nuevo a solas con Charlie, que estaba muy muy cansado y no había quién lo aguantara. Lo mantuve viendo la tele hasta que pude, pero luego llego el terremoto Charlie. No quería jugar, sólo quería tirar todos sus juguetes y desordenarlo todo. Hay que tener mucha mucha paciencia.

La verdad es que hoy he tenido mi primer amago de bajón. A veces, se me hace muy difícil estar aquí... Tamsyn me ha dado el email de una chica española que está trabajando también como aupair en Dulwich (mi barrio), así que quizá podamos llevar a los niños juntas al parque y me sirva para despejarme un poco. Aunque llegando a la noche, me he vuelto a animar un poco cuando Alannah se ha tumbado encima mía en el sofá mientras me daba la mano, arropadas con the blanket (la manta). ¡Oh, necesito mucho cariño!

Estoy temiendo al momento en el que nazca el bebé y me tenga que quedar a cargo de los niños, aunque hoy me ha dicho que en Londres, si todo va bien, después de un parto te dan el alta el mismo día (como he comentado hoy con mis papis y mi hermano, que no se entere de esto Rajoy). Aunque no sé si es peor que ella esté en la casa pero no pueda atender a los pequeños. Van a pasarlo muy mal. Vamos a pasarlo muy mal.

martes, 24 de abril de 2012

En estos momentos, estoy baby sitting (cuidando a los niños por la noche). Tamsyn y Hugh han salido a cenar y no sé a qué hora volverán, pero los niños llevan horas durmiendo...

¡Por fin esta mañana pude dormir un poco más! Por suerte, amaneció muy nublado y no me molestó la luz, aunque Tamsyn me ha dicho que me dejará un antifaz... 

Por la mañana, fuimos a dejar a Charlie en la nursery (guardería) en coche. Tardamos unos diez minutos, pero Tamsyn me ha dicho que hay un camino más corto andando, que es como yo tendré que llevarlo... (mmmm en Londres, las distancias cortas son realmente largas). Al parecer, ha sido el primer día que Charlie no ha llorado al despedirse de su madre y, cuando le dije que me presentara a su mejor amigo, ¡me dijo que era yo! (también dijo a su hermana y a su madre, pero eso no tiene relevancia en mi diario).

Al llegar a casa, una amiga de Alannah llegó al poco rato, así que he tenido una mañana tranquila, ya que las peques preferían hacer de las suyas a solas. Pero a la hora del almuerzo, estuvimos jugando mucho y después las llevé al parque más cercano (yo sola). Alannah fue vestida de Cenicienta con el chaquetón por encima y a Isabel (su amiga, cuyo nombre en inglés no sé si se escribe así) tuve que quitarle los pantalones al poco rato, porque saltando en un charco se puso chorreando. Así que estaba en el parque jugando con una Cenicienta y una niña en braguitas... aunque, realmente, lo pasamos muy bien.

Al poco tiempo de llegar, Alannah e Isabel se fueron al Ballet, que las llevaba la madre de Isabel, la cual me dijo que le había preguntado a su otro peque (Elliot, de unos dos años) que si le había gustado yo y él le contestó: I love Ana (me encanta Ana). 

Así que fuimos a recoger a Charlie y, al llegar a casa, Tamsyn fue a prepararse para su cena (a las cinco de la tarde). Alannah no tardó mucho en llegar, pero ambos ya habían cenado, así que les preparé algunas tostadas, yogurt y un poco de zumo (lo reconozco, también les he dado chocolatinas...).

Hoy no tocaba baño, pero ambos me han pedido please please (por favor, por favor) que los bañase, así que lo hemos pasado bien en el baño. Y después del baño, consintiéndoles un poco, les dejé unos 15 minutos ver la tele mientras yo preparaba sus vasitos de leche. Cuando terminé, Alannah fue a coger uno de ellos y ¡lo derramó entero! Así que tuve que limpiar todo el salón, cambiarle el pijama, calmar a una niña llorando y volver a preparar la leche (mientras tanto, Charlie seguía eclipsado con la tele).

Y ahora, ¡llegaba la hora de la cama! Estaba temiendo a este momento, pero ha sido mejor de lo que pensaba. Les leí unos cuentos lo mejor que pude y metí a Charlie en la cama. Estaba super cansado (hoy se ha levantado a las 5:30). Al principio ha hecho algún pucherito preguntando por su mumy (mami), pero le he dado unos besitos y me he quedado con él casi hasta que se ha quedado dormido (unos dos minutos).

Y ya, por último, tocaba Alannah. Al principio sólo quería jugar y estuvimos jugando, pero en el momento de dormir, me dijo que no quería la leche en su cuarto. Yo le dije que la dejara allí, que si no quería que no se la bebiera (con maneras preciosas), pero no quería dar su brazo a torcer y empezó a hacer pucheritos y a llorar preguntando por su madre. Así que me he metido en la cama con ella y sólo se ha calmado cuando le he contado un secreto: "yo también estoy triste porque mis papis están muy lejos, pero como soy una chica grande, no lloro; además, estoy feliz porque estáis tú y Charlie conmigo", "¿y dónde están tus padres?", "en España, muy muy lejos", "¿y cuando los ves?", "nunca". Y después intentó aprenderse sus nombres. Dice que son muy divertidos...

Ay, los niños ingleses no son como los niños españoles: saltan en los charcos, se suben a los árboles, sacan todos sus juguetes a la vez, van por la calle con sus patinetes a toda velocidad, saltan en las camas recién hechas, salen a la calle disfrazados, llegan a sus casas con sus ropas nuevas llenas de barro... Definitivamente, los padres ingleses no son como los españoles.

lunes, 23 de abril de 2012

Definitivamente, trabajar as an au pair (como aupair) no es una tarea fácil. Si ya es difícil ganarse la confianza de unos niños pequeños que nunca se han separado de su madre, imaginaos si no hablan tu idioma...

A las 6:00 ya estaba Charlie llamando a su madre (Oh, my goodness! es imposible dormir aquí), pero era demasiado temprano para mi cuerpecito pequeño y cansado, así que decidí retozar un poco hasta que sonó mi despertador a las 7:00.

La primera prueba era el desayuno. Ok, remember (vale, recuerda): cereales con azúcar y leche; Actimel para Charlie, zumo para Alannah; y fruta. Un plato rosa para Alannah, azul para Charlie. Prueba superada.

Después de recoger las habitaciones y hacer las camas, tocaba el aseo: primero las manos, después los dientes (cepillo rosa con pasta de menta para Alannah, cepillo verde para Charlie con pasta de fresa), lavar la cara, echar un poco de crema con protección solar y ¡listos para vestirse! Segunda prueba superada.

El plan de hoy era ir a Brixton para llevar mi abrigo, comprarme mi teléfono inglés, hacerme una cuenta bancaria y hacer algunos recados. Así que, a pesar de las inclemencias del tiempo, nos pusimos en marcha con nuestros inseparables scooter y boogie. La caminata duró casi media hora y, entre recado y recado, tenía que salir corriendo a buscar un baño para alguno de los dos peques. Para el lunch, aprovechamos que estábamos cerca de un Mc Donalls.

A pesar de que los peques estaban enamorados de mi strawberry umbrella (paraguas con forma de fresa), el camino de vuelta a casa era demasiado largo para volver a hacerlo bajo la lluvia, así que volvimos a casa en autobús. Tamsyn tenía cita con el médico a las 14:00 (ya sólo quedan dos semanas para la llegada del nuevo bebé), así que me quedé a solas con los niños. Tercera prueba superada. Hemos estado jugando a un millón de cosas, sólo habría que pasar por el salón para darse cuenta, pero nos hemos divertido y lo importante es que casi no preguntaron por su madre.

Y llegó la cuarta prueba: la cena. Tamsyn había preparado un poco de pasta para los pequeños, pero Charlie ya estaba demasiado cansado para cenar. Así que al final Tamsyn lo llevó a bañarlo mientras yo le terminaba de dar la cena a Alannah entre risas. Cuarta prueba medio superada. Y en el baño, más de lo mismo. Los pequeños se divierten mucho conmigo, pero cuando está su madre, no tienen ojos para nadie más... Creo que van a pasarlo mal cuando nazca el bebé. Creo que vamos a pasarlo mal. Quinta prueba: medio superada.

Y por fin, ¡la hora de dormir! Hoy he estado en el cuarto de Charlie mientras Tamsyn les leía un cuento antes de meterlos en la cama. Todavía es imposible hacerles pensar que otra persona que no sea su madre, su padre en algún otro caso, pueda acostarlos. Y los entiendo, aunque me entristece. Mañana será mi primer día de baby sitting (cuidándolos por la noche) y no sé cómo vamos a llevarlo. Crucemos los dedos.

Os dejo una foto de mi barrio para que podáis verlo. Mi casa es la de color crema. La única de color crema. Justo está hecha para que au pairs sin orientación, como yo, puedan identificarla entre barrios y barrios exactamente iguales. ¡Buenas noches!

domingo, 22 de abril de 2012

Quedar con Manon en Londres supone todo un juego de estrategia. Aquí no podemos decir "A las 10 en el arco de la Avenida" o "nos vemos en el Woman Secret de calle Larios". Lo que supone quedar en la estación de London Bridge o Waterloo es, como hoy, una hora intentando encontrarnos. Pero no os preocupeis. Al final, resulta divertido.


Hoy tocaba dar un paseo por la zona de Tower of London, London Bridge y St. Paul's Cathedral (estas últimas, no pude verlas lo bien que me hubiera gustado cuando vine a Londres hace dos años).




Pero hoy era especial, porque había una maratón por todo Londres. Así que allí estábamos nosotras, en primera fila animando a los corredores "come on!" (vamos), "keep going!" (sigue adelante). La verdad es que era entretenido, porque había muchísimos participantes (el número más alto que vimos fue el 56.082) y todo el mundo les animaba. Especialmente, a los que iban disfrazados, se auto-animaban o eran de alguna organización.




Había tanta gente por la calle que, de repente, estábamos encerradas y no podíamos llegar a ningún pub para tomar el lunch y la cola para colarse en la cola del metro, era más larga que la cola real (valgan todas las redundancias). Al final, conseguimos cruzar de acera dando un rodeo gigantesco y llegamos a un pub al que me encantaría llevaros alguna vez. Seguramente, algún día fuera una estación de metro...

Como casi todos me habéis dicho que en Londres me acostumbraré a beber cerveza, hoy he forzado la situación y me he pedido un vasito (nada de pintas), "the softer" (la más suave), pero sólo me ha servido para arruinarme la apetitosa comida. Al final, sólo me he bebido un cuarto. Y porque estaba sedienta.


Y, después de un día "caluroso" y "soleado", llegó la tempestad. Los días en Londres son así. No sirve de nada mirar las previsiones meteorológicas. De pronto hace calor, como hace frío; de repente está soleado, como empieza a llover. Y el ciclo se repite una y otra vez. Así que volvimos a repetir en un Starbucks y, cuando el tiempo mejoró, nos fuimos por Oxford Street a ojear tiendas, hasta que llegamos (sin quererlo) a High Park.

No os voy a engañar. Lo mejor del día han sido las ardillas. Miles y miles de ardillas (aún no entiendo cómo mi hermano pudo volver de Londres sin haber visto ninguna...). Os dejo una relación de ardillas (son todas diferentes). Y dejádme que se las dedique a mi hermano. Cuando venga a verme, ¡veremos millones!






(A mí también se me acercaban las ardillas tanto como a Manon, pero yo me cagaba de susto y salía corriendo chillando. Unos turistas chinos que había se meaban).

Y bueno, esta noche ya he hecho un planing con Tamsyn para toda la semana, así que ya empezaré a tener un poco más de rutina, aunque siga despertándome a las 6:30. Estoy nerviosa.

sábado, 21 de abril de 2012

Creo que hoy me he dado cuenta por primera vez de que estoy viviendo en Londres y, sin embargo, también ha sido el día en el que me he sentido más turista que nunca...

Hoy era mi primer día de descanso, así que he aprovechado para ver a Manon, explorar la ciudad y desconectar del inglés (algo que, por cierto, voy a aprovechar todos mis sábados y domingos hasta el final de mis días londinenses...).

Cuando hablo de descanso, no me estoy refiriendo a dormir más. Tengo la mala costumbre de despertarme si entra luz en mi dormitorio... y, como veréis más abajo en la foto, no estoy en el mejor sitio para costumbres sibaritas. Así que, nuevamente, estaba retozando a las 6:30 y ya en pie a las 7:00.

En el desayuno, hoy he descubierto unos cereales que me han encantado. Nunca pensé que pudiera decir esto de unos cereales mojaditos en leche y con un poco de azúcar, pero tendrá razón mi madre cuando dice que cada vez me estoy volviendo menos delicadita... Y lo curioso es que los británicos tienen un cajón de la cocina dedicado exclusivamente a los cereales. Así que aún tengo un universo por descubrir...

A la estación de tren me han acompañado Tamsyn y Charlie, con su scooter. Pensaba que podía coger el tube (metro) en Brixton, pero está demasiado lejos de casa, así que tengo dos opciones de trenes hacia Victoria o London Bridge, que me van a costar un ojo de la cara.

El primer día como exploradoras de Londres ha sido genial. Nos hemos perdido entre los millones de puestos de Candem; hemos comido Indian and Chinese food (comida india y china) subidas en unas "motos" mirando al Támesis; nos hemos reído muchísimo; hemos caído en la tentación con un puesto de donuts donde era imposible elegir sólo uno (al final lo hicimos, no os preocupéis); hemos hecho un planning para las próximas semanas en un Starbucks, donde me he derramado un chocolate caliente encima del abrigo; hemos estado paseando por Covent Garden; y, finalmente, nos hemos despedido en Picadilly. Lo peor de todo ha sido que, como turistas, no paraban de hablarnos en español (Oh, my goodness!)




Y, así como en la ida fui una machota defendiéndome yo sola por las concurridas calles subterráneas de Londres (también conocidas como Metro), ¡a la vuelta he sido un desastre! Pensaba que el camino de vuelta a casa sería tan sencillo como el de ida, así que para qué mirar el mapa, sin tener en cuenta dos cuestiones esenciales: mi mala orientación y que a la ida me llevaba Tamsyn. Así que, finalmente y sin remedio, me he perdido. Por suerte, soy toda una experta utilizando mapas y he conseguido llegar a casa.

A mi regreso (a las 19:20), un Charlie y una Alannah recién metidos en la cama me recibieron con un gran beso cuando les di unas piruletas que había comprado para ellos. Aunque la de Alannah tardó unos segundos en caerse al suelo. Lo mismo que tardó ella en llorar. No doy una.

Como esta noche Tamsyn no estaba, he acompañado a Hugh a tomar la cena (unos spaghetti que, por la pinta, diría que los había cocinado él mismo). Hemos hablado muchísimo y, al final, hemos visto unas carreras de caballos en la tele en la que, afortunadamente, ha ganado Merino. Tendríais que habernos visto a los dos animando al caballo con el jockey vestido de verde (recordad que todo esto es en inglés).

Buenas noches a todos. El plan de mañana es descansar un poco antes de volver a salir a "explorar" Londres. Tendré que buscar algún pañuelo para taparme los ojos cuando el amanecer esté justo en mi habitación...

Os dejo una foto para que podáis verla y otra de mis tulipanes (espero que no se sequen nunca).


viernes, 20 de abril de 2012

Tratando con niños, siempre habia ejercido el papel de amiga... pero en esta ocasión, no sé si hago de madre; de hermana mayor como me dice Tamsyn; o, simplemente, el de niñera... pero, definitivamente, no el de amiga.

La cuestión es que estoy destrozada. Tanto tiempo hincando codos y trabajando frente a un ordenador, había acabado con mis pocas células deportivas natales.

Al final, los chillidos juguetones de los pequeños no han podido despertarme hasta las siete (6:56, para ser más exactos), así que hemos bajado y he estado aprendiendo a preparar un desayuno para niños ingleses: cereales con forma de dibujitos con leche y azúcar; zumo de naranja para Alannah, Actimel de fresa para Charlie; y un poco de fruta.

Después de aprender dónde está la ropa, dónde poner la sucia, ayudar a Tamsyn con las camas y jugar un poco con los niños, nos fuimos al big park (parque grande), donde algunos amigos de los peques los estaban esperando con sus madres. Ya el camino hacia el parque fue un poco duro, ya que Charlie se cayó de su scooter (patinete) y tuve que llevarlos a ambos en el carrito (al que llaman boogie, pero no puedo encontrar en Internet la forma correcta de escribirlo). Así que uno arriba, la otra en la cesta y dos patinetes colgando del carro... ¡Y al parque!

Allí corrieron muchísimo, saltaron en los charcos, les ayudé a trepar por los árboles, se comieron helados mientras nosotras nos tomábamos algo caliente y cogieron el estado de ánimo perfecto para estar penosos toda la tarde... Hemos jugado muchísimo, pero de repente lloraban, llamaban a su mamá y no sabían por qué. Y, también de repente, yo también tenía ganas de llorar, yo también estaba penosa y yo también quería a mi mamá. Pero sonreia y seguía jugando (los gajes del oficio).

Por lo demás, pescadito a la sal, verduritas... estoy comiendo más sano de lo que pensaba. Aunque, ciertamente, ¡a mediodía toca sandwich!

Mañana será mi primer día exploring London (explorando Londres) y mi primer día de "descanso". Aquí vivo tan en familia, que olvido que sólo tengo que trabajar cinco horas al día. Además, descansaré también de hablar all day in English (todo el día en inglés). Cuando pienso en contaros todas mis cosas (especialmente, a mis personitas prefes), también las pienso en inglés y tengo que decirme a mí misma que cambie el idioma. Voy a volverme loca...

Pdt. Prometo mañana subir fotos.

jueves, 19 de abril de 2012

Y al final, llegó el día... Llevo tantos meses diciendome a mí misma y a los demás que vendría a Londres a vivir, que dentro de mí pensaba que seguiría diciéndolo para toda la vida y que, en realidad, nunca llegaría el momento de la verdad.

Son las 22:37 y, aquí todos duermen desde hace horas (aunque acostumbrada al horario español y siendo tan fiel a quedarme dormida en el sofá, no creo que me cueste hacerme a las costumbres británicas). Mañana me han dicho que no ponga el despertador, que ya escucharé a los peques cuando se despierten a las 6:30...

Pero empecemos por el principio...

Suprimiendo mi momento llorica del aeropuerto (sé que todos podeis imaginarme sin tener que dar detalles), la llegada a Londres fue entrañable. Tamsyn y Alannah estaban esperándome con un ramo de tulipanes blancos y un beso y un abrazo, (a pesar de que la sección "How to be British" de mis libros de la escuela de idiomas me advirtieran que los británicos no son dados al besuqueo).

El camino a casa se me hizo eterno... Muchísimas calles colmadas de tráfico y demasiada poca autovía/autopista. La peque se quedó frita enseguida, así que estuve charlando con Tamsyn sobre un montón de cosas. Aún no me puedo creer que todo fuera en inglés.

Y la casa es maravillosa. En un barrio residencial inglés, con muchísimos ventanales y con tres plantas. Mañana intentaré hacer algunas fotos, al menos de mi cuarto, para que podáis verlo. (Ya tengo colocado mi jarrón de tulipanes y mi calendario con fotitos).

Y los niños ya me quieren mucho, creo yo... aunque será cuestión de tiempo. Se han disfrazado de Buzz Lighyear ("To de infinity and beyond!"), hemos visto los dibus, han saltado en la cama... Y la verdad es que la familia es ejemplar. Mientras cenábamos (una especie de cazuela con beans <alubias> y sausages <salchichas>), jugábamos todos a q cuando los peques se comian una alubia mágica, crecían y crecían. Y bañándolos ha sido genial, llenándonos todos de espuma. ¡Así no hay manera de ser una aupair chachi! Y, además, mientras el padre subió a cambiarse de ropa, achicharré al pobre Charlie con el agua caliente y se puso a llorar con su piernecita roja... Aún soy un poco novata en esto...

Y bueno, al final de la noche, después de brindar muchas veces con agua sin preocuparnos por la mala suerte, ¡¡me trajeron un pastel sorpresa con una vellita con el que me cantaron Happy celebration to you con la música de cumpleaños feliz!!

Ha sido un día raro y aún estoy más en España que aquí... pero espero que todo siga tan genial como hasta ahora (veremos a ver cuando me toque poner una lavadora...). Buenas noches a todos. Mañana me espera un largo día...