martes, 17 de julio de 2012

Está comprobado: el buen tiempo cambia mi estado de ánimo. No podía creer esta mañana que de verdad me acabara de despertar el sol entrando por mi ventana. Normalmente, llego a la cocina cabizbaja y bostezando; hoy estaba bailando y tarareando la música de Escuela de calor (tiiiritiritiri tiiiiritiritiri...). Tanto es así, que Alannah me ha visto tan contenta que se ha puesto ella contenta también e intentando tararear la misma canción bailando conmigo.

Alannah tenía que ir hoy al médico a ponerse una vacuna, así que han ido con ella Tamsyn y Charlie y yo tenía la mañana libre, la cual he aprovechado para ir al gimnasio. Le pregunté a Tamsyn si ella sabía dónde podía comprar unos auriculares cerca de casa, porque los míos están rotos y necesito música para hacer deporte, así que ella me ha dejado unos. Los míos de antes me los compré en el chino antes de venir, así que ya os podéis imaginar, estaban rotos antes de estrenarlos y sólo funcionaba uno de los dos; por lo que la motivación al escuchar mi música a todo volumen después de tanto tiempo ha sido máxima. Bailando y cantando sin pudores en casa y también de camino al gimnasio. Hoy he mantenido mi ritmo de gimnasta, sólo que he añadido a mi lista un ejercicio de glúteos y me he tenido que rendir a la décima abdominal porque me moría de agujetas.

Por la tarde, después de que Charlie se echara su siestecita, nos fuimos los tres al parque de Herne Hill. Hemos estado dos horas fuera, pero alargan tanto los caminos de ida y vuelta que en el playground sólo hemos tenido 45 minutos, el tiempo de que se subieran en dos columpios. A la ida tuve que ir a Sainsbury's a comprar tomates para Tamsyn; después, una vez en el parque, los niños tienen que ir andando por la vía de un trenecito; cocinar en un agujero de un tronco de árbol; luego poner a Alannah a hacer pipí detrás de un árbol porque no se puede aguantar; salir corriendo al baño del playground porque se hace caca... Y a la vuelta, un poco más de lo mismo, sólo que ya estaba empezando a llover y se paraban para jugar con cualquier pequeña cosita.

Y, a la vuelta a casa, cenar con ellos, bañarlos y meterlos en la cama. Hoy le he leído yo el cuento a Alannah, a pesar de que su madre estuviera en casa. Eso es un gran progreso, aunque parezca una tontería. También lo es que, aunque Tamsyn esté en el baño cuando los estoy sacando de la bañera, no lloran porque quieren que sea su madre la que los seque y los vista. De hecho, hoy Alannah le ha dicho a su madre delante de mí que me quiere mucho y que si me puedo quedar con ellos para siempre. Lo gracioso es que todas mis cosas le gustan. Hoy le he preguntado a Tamsyn si Manon se podía quedar el viernes a dormir en casa para salir por lanoche y, cuando lo ha escuchado, ya estaba deseando conocer ami amiga. Me ha preguntado que si my friend (mi amigo/amiga) era girl or boy (chica o chico) y, cuando le he dicho que era una chica, no paraba de bromear diciéndome que era my girlfriend (novia).

Mañana iré por la mañana al museo de las ciencias, también en el centro de Londres, así que el día promete anécdotas. Por la tarde al final no tengo que hacer de nanny con los niños desconocidos. Por lo visto, la mujer se ha disculpado 30 veces, pero la verdad es que no  me apetecía mucho sacrificar mi descanso por 20 libras que podría ganarme...

¡Buenas noches! Os dejo con Hugh


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