domingo, 8 de julio de 2012

En esta casa no hay quién duerma. Hoy quería aprovechar para descansar un poco más, pero a las nueve de la mañana ya estaba Tamsyn llamando a los niños a gritos desde la puerta de mi habitación. Y así todos los fines de semana. Hacen pipí y se arreglan en el baño que está puerta con puerta con mi habitación y allí gritan, lloran, juegan, cantan, tocan un silbato... De verdad que no entiendo por qué Tamsyn no los lleva al baño de arriba. Lo único que me ha hecho gracia es que Charlie empezó a cantar Mouk Mouk. Es la canción de unos dibujitos, que desde que una vez se la canté haciéndole tonterías con la piernas, siempre quiere que se la cante y, como no me sé una parte de la letra, digo lalala y ya todos en la casa la cantan así.

No obstante, me tomé con calma lo de levantarme y, entre unas cosas y otras, estaba lista alrededor de las 12:30. Hoy he tocado uno de los límites de la independencia: mi plan era ir al cine. Yo sola. Manon suele hacerlo en los fines de semana que yo no estoy, así que por qué no; de todos modos, me serviría también para poner a prueba mi inglés.

Para ir al cine, tenía que ir a Brixton. Las opciones eran ir media hora andando o montarme en el tren de gratis y, como el tiempo no era el más deseado, elegí la segunda opción. Antes de ir al cine, me pasé por Poundland (una tienda en la que todo vale una Libra) porque tenía ganas de ver qué me ofrecían desde que lo vi el último día cuando iba con Tamsyn (ese día no escribí porque estaban aquí mis padres, pero fue muy divertido, Charlie se me hizo pipí en el suelo del cuarto de baño de un bar y se llenó enterito). Así que he aprovechado para comprar toallitas desmaquillantes (2 paquetes por una Libra), chicles...

El cine me lo esperaba mucho más grande. De hecho, cuando entré, no sabía si me había equivocado y era una tienda o un bar extraños. Resulta que sólo tenía una sala y que iban rotando las películas a lo largo del día. Pero tuve suerte, la que yo quería ver empezaba en diez minutos: Spiderman. Ese tipo de películas nunca suelen gustarme, pero necesitaba una película con argumento sencillo y mucha acción, por si no me enteraba de los diálogos, entender el argumento. Efectivamente, la peli ha sido malísima, pero la he entendido bien. Estoy orgullosa de mí. A menudo, la gente se reía por una broma que yo no me había enterado o había un diálogo en el que me perdía (ah, es que he pegado varias cabezaditas); pero, en general, bastante bien.

Cuando salí del cine, estaba lloviendo a mares, así que me cogí de nuevo el tren. A mi regreso, me puse a limpiar un poco mi habitación y los niños se vinieron a jugar conmigo en mi cama. Primero tirándome toallas y luego a que mi cama era un barco y mi cesta de la ropa sucia el tesoro.

Y poco más. Tamsyn me ha preparado un planning para esta semana en el que, prácticamente, sólo tengo que trabajar por las mañanas. Como se espera que llueva todos los días excepto el jueves, cada día tenemos plan interior diferente. Mañana toca una aventura: el Museo de Historia Natural, para el que tendremos que montarnos en tren y en Metro. Seguro que tengo muchas historias para contaros...

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