martes, 24 de julio de 2012

Casi todas las semanas estoy teniendo uno de esos días en los que no hago mucho, como hoy. Siempre que Tamsyn tiene plan con los niños por la mañana, por la tarde ya están demasiado cansados como para hacer algo. Así que, por las mañanas, aprovecho para ir al gimnasio y por las tardes, me quedo con los niños si Tamsyn tiene que salir, mientras ven una peli y le echo una mano con las tareas domésticas, como planchar, en el caso de hoy.

Y en definitiva, ha sido eso. Por la mañana tuvimos más visitas. Lamadre de Boby, una amiga de Tamsyn, necesitaba dejar a su hijo con alguien una hora por la mañana, porque la niñera tenía que llegar un poco tarde. Así que mientras estaba desayunando, en pijama y despeinada, un trajineo para arriba y para abajo. Primero el padre de Boby, que la primera vez que me ve en su vida me encuentra así (no pasa nada, seguramente sea también la última) y después la nany, que se tomó al pie de la letra la pregunta de Tamsyn de si se quería tomar un café.

En el gimnasio hoy me he machacado. He hecho media hora de una máquina matadora que es como subiendo escalones gigantes, 120 abdominales, 100 de triceps, 100 de pecho con 5 kilos y 100 de glúteos con 25 kilos. Aunque me estoy empezando a desanimar un poco, porque aún no he empezado a ver los resultados (ya lo sé, sólo he ido cinco veces...). De todas formas, mañana y pasado utilizaré mi tiempo libre para ir al parque con mi manta a leer un libro en inglés que les he tomado prestado de la estantería del salón. El domingo vuelve el diluvio universal, así que hay que aprovechar mientras tanto (hoy hemos llegado a 30 grados).

Y nada, después de que los niños llegarán de las clases de francés y del picnic de despedida de Isobel y Elliot, me puse a planchar dos horitas mientras los niños veían la tele. Me hacen mucha gracia, porque están viendo Barbie y Charlie se aburre como un tórtolo. A veces, me recuerdan mucho a mi hermano y a mí de pequeños y también de cuando empezábamos a jugar a juegos peligrosos y mi madre siempre nos decía que al final acabábamos de pelea. Ahora la entiendo. Pero ellos nunca quieren jugar juntos. Tamsyn salió a comprar, Charlie estaba viendo la tele, Alannah jugando en el jardín y yo estaba planchando. Todo estaba en calma. Pues para qué se me ocurriría decirle a Charlie que si se quería ir al jardín a jugar. Tardaron dos microsegundos en pelearse y en estar llorando los dos. Así todo el día.

Y bueno, luego la cena, el baño y hasta mañana. A la hora de la cena, he estado sola con Hugh y hemos estado manteniendo conversaciones profundas e interesantes sobre la crisis en España, la crisis en Irlanda, el tomar la decisión de emigrar... Y luego sobre mi inglés. Le he dicho que venía con la idea de aprender más inglés del que estoy aprendiendo y que, algunos días, me desanimo. Pero él me ha dicho que ya me ve mucho mejor que cuando llegué, que los primeros días tenía que hablarme mirándome a la cara para que lo entendiese y que ya podemos mantener una conversación mientras cada uno está haciendo una cosa. Eso sí es verdad.

Y nada, este ha sido mi maravilloso e interesante día. Espero mañana tener más cositas que contaros, aunque de vez en cuando no está mal quedarse en casa planchando (aunque no especialmente cuando hace 30 grados...). ¡Buenas noches!

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