viernes, 18 de mayo de 2012

Una vez más, por fin es fin de semana. Los finales de las semanas se me hacen eternos. Aunque bueno, la primera vez empecé cansada un miércoles, la segunda un jueves y ya vamos por el viernes. Quizá la semana que viene aguante el tirón por completo.

Aunque la verdad es que hoy no he trabajado mucho. Me levanté, como todos los días, y estaba Charlie sentado en el pollete de la cocina. Les di el desayuno, vacié el lavavajillas, me duché, vestí a Alannah, recogí los dormitorios... Pero hoy no tenía que llevar a Alannah al cole. Creo que hoy era el último día de descanso de Hugh y, como los viernes sólo tienen clase hasta las 11:45, decidieron que hoy no iría y que aprovechara el día con su padre. A mí me han invitado también, así que bueno, he ido.

El plan era vivir an adventure (una aventura), en un play site (sitio de juego); algo así como los cacharritos de la feria donde hay piscina de bolas, toboganes, colchonetas... pero a lo bruto. Y también había una especie de coches de choque y un carrusel a lo Baby Pinto.

Nuestra primera parada ha sido en los coches de choque, donde me he subido en el coche con Alannah. Al principio, yo iba llevándolo, pero, al final, yo sólo pisaba el acelerador y ella lo manejaba. La verdad es que nos hemos reído mucho con lo buena conductora que ha sido (aunque luego lo quiso coger ella sola y no daba pie con bola). Después fuimos al carrusel, del que no se querían bajar, y a Charlie no había quién lo bajara del coche de bomberos.

La parte de las colchonetas era genial, tenia de todo y era inmensa. ¡Y los toboganes eran altísimos! A mí, incluso, no me hacía mucha gracia tirarme (aunque lo he tenido que hacer treinta veces, estrenando medias). La verdad es que da gusto ver a Hugh jugando con los niños. Se le ocurren mil juegos, mil ideas, mil bromas... y lo mejor es que los niños siempre le obedecen. Aunque en uno de estos juego, ellos estaban debajo del tobogán haciendo el tonto mientras yo bajaba inevitablemente a toda velocidad y le di un rodillazo en la cara a Alannah.

A las cuatro horas de estar allí, cuando los niños se habían tomado el almuerzo y todo, empezaron a llegar niños mayores y a revolucionarlo todo, así que tuvimos que irnos (menos mal, yo ya no podía tirar del cuerpo). Y así estaban esta tarde Alannah y Charlie, que no había quién los aguantara. Aunque, realmente, tampoco he estado mucho tiempo con ellos, porque desde que ha nacido el bebé se meten todos en el dormitorio y allí se quedan por horas. Yo nunca sé muy bien cuál es mi papel en ese momento.

Prácticamente, esta tarde sólo he estado un rato con ellos, que querían que les pintásemos las caras (a Alannah de bruja, a Charlie de vampiro) y para bañarlos. Vaya baño me han dado. Sólo querían a su mamá y no había quién los metiera en la bañera. Y yo, encima, como una tonta jugando con ellos y haciendo pedorretas en el agua, que me he mojado el pelo entero. Y sí, en el momento se ríen, pero luego no me sirve para nada. A veces, me siento estúpida. Ayer, por ejemplo, con los regalos en la mesa con toda mi ilusión para que luego Alannah quisiera irse con Romally para no estar conmigo.

Sé que más de uno os preguntáis a cuál prefiero de los dos. Por una parte, Alannah es más mayor y no tiene tantas pataletas de bebé (fijaros bien, he dicho que no tantas); pero, cuando quiere, puede ser muy dura. Charlie, por su parte, me quiere mucho más y le tengo menos miedo a quedarme con él a solas, pero cuando se pone penoso, es increíble. Está hablando feliz y se pone a llorar de repente o está hablando de algo feliz mientras pone voz de lloro. Reconozco que para un vídeo de Youtube sería gracioso. Entre los dos, iba a elegir a baby Ruari, tan pequeño, tan suavito, oliendo tanto a bebé... Hoy se ha quedado un rato gigante durmiendo en mis brazos y parecía hasta que sonreía. Pero ahora está llorando, así que pospongo mi elección para otro día.

Mañana estaré en Birmingham de rencuentro con Mónica y Berta, no creo que pueda escribir. ¡Os cuento todo el domingo!, ¡buenas noches!

No hay comentarios:

Publicar un comentario