domingo, 6 de mayo de 2012

Los fines de semana me ayudan a olvidar las penas y las preocupaciones y a empezar la semana con otra predisposición. Además, creo que también es bueno para mi relación con los niños que no estemos tantas horas juntos, para que me pillen con más ganas. De hecho, esta mañana Alannah estaba súper contenta conmigo. Hemos estado un rato gigante jugando a esconder la manta (una vez ella y una vez yo) y encontrarla.

El centro de Londres está siempre a rebosar de gente. Hoy, para colmo, Victoria Line (la linea de metro azul clara) estaba cerrada. Eso no sólo me ha supuesto tener que dar el doble de vueltas por los subsuelos londinenses; sino que, además, el resto de líneas llevaban al doble de gente y parecíamos sardinas enlatadas.

Hoy teníamos entradas para el musical de Michael Jackson, "Thriller Live", así que por la mañana aprovechamos para dar un paseo por la zona, echarnos unas fotos en Trafalgar Square y comer en China Town. Realmente, no sé si siempre es así en Londres, si es por las Olimpiadas o si, simplemente, Manon y yo tenemos mucha suerte, pero justo en Trafalgar Square había hoy una especie de festival Indio con un escenario y carpas con puestos de comida y productos típicos. Os dejo algunas fotos del festival y de Trafalgar Square.




A mediodía, como teníamos pensado, fuimos a China Town a comer (en fin de semana, nada de lunch). En una de las calles, hay un montón de restaurantes que ofrecen buffet a precios muy económicos. Nosotras, elegimos el más barato de todos: cinco libras. El sitio era bastante cutre, de hecho, nos tocó sentarnos en una especie de sotanillo sin muchos adornos y con unas escaleras estrechas y empinadas que teníamos que subir y bajar cada vez que íbamos a coger comida, pero la comida estaba buena, a pesar de que la variedad no fuera mucha.

Apuramos al máximo el tiempo en el restaurante porque el musical era a las 15:30 y el tiempo (bastante frío) no acompañaba para dar demasiados paseos. Cuando salimos, fuimos a comprar algunas chuches para el espectáculo, así que nos metimos en un centro comercial. ¡Cien gramos de chucherías valían dos libras!, así que decidimos ser cautelosas y coger sólo algunas pocas para quitarnos el gusanillo (el buffet chino no incluía postre). Cuando habíamos echado unas diez chucherías, Manon fue a pesar la bolsa en el mostrador del dependiente ¡y ya costaba casi cuatro libras! Así que, ante la atenta mirada del vendedor, soltamos sigilosamente la bolsa y salimos pitando de la tienda. Al final, fuimos a una tienda de souvenirs a comprar unas chocolatinas y, cuando por fin nos disponíamos a entrar al teatro, (maldición) se me cagó una paloma encima de toda la cabeza y todo el abrigo.

El musical ha estado entretenido. Más que un musical, parecía un concierto porque no iba contando ninguna historia, pero las voces y los bailes eran realmente buenos y nos han hecho cantar y bailar. Yo, de hecho, era la voz cantante, porque cada vez que pegaba un grito de motivación en pleno silencio, me seguían unos cuantos. Cuando hemos salido, nos hemos quedado con más ganas de seguir escuchando a Michael Jackson. Eso es buena señal.



A última hora de la tarde, hemos paseado por Buckingham Palace y Green Park. El parque está mucho más bonito que cuando estuve hace tres años porque, al ser primavera, estaba lleno de flores de todos los colores. El problema era que estaba infestado de ardillas. Había tantas y tantas ardillas a la vez, que ya ni quería echarles fotos. Me está dejando de hacer gracia (bueno, a veces me conquistan). Además, también hemos visto un ratón.



¡Buenas noches y un beso a mi madre por ser su día! Mañana es fiesta en Londres (no sé si en toda Inglaterra) así que, en principio, no trabajo. Aunque también es el día que Tamsyn tiene marcado como el nacimiento del bebé... ¡qué nervios!

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