miércoles, 2 de mayo de 2012

A medida que van pasando los días, me doy cuenta de que las mañanas se me pasan mucho más rápidas que las tardes. Ya tengo mi rutina y, sobre todo, los niños están mucho más receptivos que cuando llegan cansados a la noche.

Hoy no he tenido que acompañar a la peque al cole porque había una reunión de padres y Tamsyn se ha encargado de llevarla ella. Así que me he pasado prácticamente toda la mañana sola con Charlie. Hemos visto la tele, lo he llevado a los playgrounds (columpios) y luego hemos ido juntos a Tomble Toots. Os dejo una foto que he tomado hoy para que os podáis hacer una idea de lo que es.


Primero, nos sentamos todos los "papis" con los peques a modo de círculo y cantamos canciones infantiles y hacemos juntos juegos con aros y, después, los niños se reparten en tres grupos y van haciendo los circuitos con la ayuda de los padres y de las monitoras. Realmente, pensaba que Charlie lo pasaría mal cuando lo llevara yo sola, pero nos lo hemos pasado muy bien, nos hemos dado muchos cariñitos ¡y me ha tratado exactamente igual que trató a su madre el miércoles pasado!

Después del almuerzo, me suelo subir un rato a descansar hasta la hora de recoger a Alannah del colegio. Hoy, también la ha recogido Tamsyn, así que me he quedado con Charlie, que a los pocos minutos empezó a llorar desconsolado preguntando por su madre y, también a los pocos minutos, se quedó dormidísimo en el sofá (esta mañana se ha levantado a las 5:30).

Alannah llegó con una amiga del cole, pero también muy cansada. No quería jugar con su amiga (que era graciosísima, por cierto) y sólo quería ver la tele. Así que hemos tenido un concierto de lloros: Alannah porque no quería jugar y Charlie porque lo había despertado Alannah. Mientras, la pobre amiga los miraba con cara de no entender nada... Cuando se fue, Tamsyn les dejó que vieran los dibujitos un rato en mi ordenador y, aparte de ver a Fireman Sam (obviamente), vimos un capítulo de Pingu y se meaban de la risa.

El momento más duro de la noche es, sin duda, la cena. Nunca quiere comer y siempre nos lo hacen muy muy difícil. No sé si es porque ya están penosos, porque picotean mucho o porque realmente no les gusta la cena. A Tamsyn le encanta cocinar y, de hecho, se pasa muchísimas horas en la cocina. Sus platos tienen una pinta exquisita, pero muchas veces no sabe a lo mismo que aparenta. ¡Le chifla la comida picante!

Hoy hemos cenado spaghetti con gambas, una salsa extra picante y, por encima, le hemos echado limón (como lo leéis). Pero cuando hablo de picante, quiero que os hagáis una idea que es como cuando te comes un pimiento del padrón y, no sólo resulta picar, si no que, además, es de los que llevan doble carga de pique. Cuando me meto la primera cucharada en la boca, siempre tengo que disimular mi cara de sorpresa. Con razón Tamsyn ha estado diciéndole a Hugh lo deliciosa que estaba mi tortilla y el pan crujientito con mantequilla, queso y orégano.

Y, para acabar, os dejo dos fotitos para que veáis lo buena au pair que soy. ¡Buenas noches!



No hay comentarios:

Publicar un comentario