lunes, 28 de mayo de 2012

Hoy el día ha empezado muy bien y ha terminado fatal. Por primera vez, Charlie y Alannah han venido juntos a despertarme a mi habitación. Quizá eso pueda pareceros malo, pero a mí me ha hecho mucho ilusión que vengan contentos a despertarme (de todos modos, sólo ha sido dos minutos antes de sonarme el despertador). Lo peor ha sido que, con la calor de estos días, duermo en paños menores, así que ha sido una pillada en toda regla.

Hoy llegaban la madre y la hermana de Tamsyn; así que, después de llevar a Alannah al colegio, he llevado a Charlie al parque para que pudiera limpiar tranquila. Ha sido genial. Primero nos hemos tomado un heladito en una de las cafeterías del parque y después hemos ido a la paddling pool (piscina para niños). Para que os hagáis una idea, es como una playa pequeñita, donde hay una explanadita de arena y otra con agua hasta los tobillos, con fuentes en medio. La vez anterior que fui, como aún hacía frío, no había agua. Así que me ha pillado por sorpresa.

Todos los niños estaban allí en bañador (o con esos trajecillos de neopreno chillones que se ponen por aquí), aunque también había pequeñajos en pañales, así que no me lo pensé y dejé a Charlie en pants (calzoncillos). Él estaba loco de contento y no paraba de decirme que me metiera con él (yo, en vaqueros y con mis sandalias nuevas), así que me descalcé, me remangué los pantalones y allí que fui a salpicar y corretear por el agua. Yo era la "madre" más mojada y Charlie, el niño más chorreando.



(Foto del principio y del final. Fijaos en el pelo y en el color de los calzoncillos).

Debía de parecer tan divertida que, en una de estas y sin venir a cuento, un niño loco me tiró encima un cubito de la playa lleno de arena y me persiguió por toda la piscina echándome cubos de agua. Mi reacción (como siempre, tan adecuada) fue salir corriendo gritando "No, please, why?" (no, por favor, ¿por qué?).

A la hora de irnos, como no tenía toalla, le quité los calzoncillos y nos pusimos un ratito al sol hasta que nos secamos. El pobre estaba tan cansado que, cuando lo metí en el carro, tardó minutos en dormirse y, cuando llegamos a casa, lo dejé allí dormidito hasta que se despertó media hora después y le puse su tele y su plátano.

Justo cuando estaba limpiando mi plato del almuerzo, llegó la hermana de Tamsyn, pero apenas la saludé y me subí a mi habitación para dormir una siesta, la cual no se ha llegado a dar. Cosa de una hora y media después, Tamsyn y su hermana estaba en el jardín y el timbre no paraba de sonar, pero nadie abría. Yo sabía que era su madre, así que imaginé que le haría ilusión recibirla, pero en vista de que nadie abría, lo hice yo misma. A la madre le ha hecho muchísima gracia. No paraba de contárselo a todo el mundo.

La tarde la he tenido libre, pero he estado descansando y estudiando en mi habitación. Cuando bajé, en la casa estaba toda la estirpe Brennan. También su prima y su sobrina (hija de la hermana que está aquí ahora). Y los niños, por supuesto, pasando de mí. No he podido sentirme más fuera de lugar en un día en el que estaba tan contenta. Son geniales, súper simpáticas, pero me he cortado muchísimo al ver a tanta familia hablando inglés y apenas he balbuceado tres palabras mal dichas. Realmente es difícil sentirte incómodo y fuera de lugar en la casa en la que vives. Veremos a ver cómo se da la semana...

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