domingo, 20 de mayo de 2012

Los días pasan rápidos, especialmente, los festivos. Uno de nuestros planes seguros antes de llegar era la visita a Mónica y Berta en Birmingham, y ya se ha pasado. Esta semana necesitaba desconectar por completo, las últimas horas con los niños habían sido agotadoras (y desmoralizadoras). Tanto es así, que ayer por la mañana, cuando me sonó el despertador, esperé a ver si los niños estaban ya levantados o no para bajar a desayunar antes o después (para no coincidir).

Antes de irme, coincidí con Charlie y su reacción fue llorar y esconderse llamando a su mamá. Yo fui a coger agua, que era lo que quería, y lo ignoré (no puedo machacarme también los fines de semana, me porto genial con ellos y así me responden). Al final, resulta que ha estado malito con fiebre todo el fin de semana (ahora lo entiendo, pobre). La verdad es que el miércoles, cuando lo toqué, lo noté muy caliente, pero no le di más importancia...

Cuando llegamos el sábado a la estación de Birmingham, Mónica y Berta nos estaban esperando con los brazos abiertos. Lo primero que hicimos fue dejar las mochilas en las consignas para irnos de compras (Primark, por supuesto). Me he comprado una blusa sin mangas de color menta y un bolsito de mano de un amarillo muy bonito, las dos cosas por siete libras. A ver si mañana puedo enseñaros fotos de todo. En Birmingham, al menos por aquella zona, hay un montón de tiendas de ropa diferentes y, algunas, con precios muy buenos. Nos hinchamos de mirar.

A la hora del almuerzo, Berta nos llevó a un buffet chino en el que había estado con su hermana. El sitio era gigante y con una decoración súper moderna. En la vida nos podríamos haber imaginado que el buffet sólo costase ocho libras, y menos después de ver la variedad de comida que había. Cada una, nos echamos dos platos con colmo y después un plato lleno de dulces, regados con la fuente de chocolate. ¡Estuvimos tres horas comiendo! Y, otro de los puntos fuertes del sitio es que había gente rarísima. Vimos a dos niñas con vestidos parecidos a los de comunión y con coronitas, una mujer vestida de princesa medieval y, mi preferida, una mujer ultra arreglada ¡y con los rulos puestos!

Después de almorzar, decidimos hacer un poco de turismo. Estuvimos en Victoria Square y viendo unos canales muy chulos. Y ya no había más que ver. Mientras nos hacíamos fotos, conocimos a un grupo de chicas españolas que están trabajando como au pairs en diferentes puntos de Inglaterra. Estuvimos un rato grande charlando con ellas y decidimos quedar para tomar algo por la noche en algún pub.

Antes de llegar a casa de Mónica, fuimos a comprar comida y bebida para lo que nos quedaba de fin de semana. Decidimos que Mónica no nos haría tortilla por la noche porque estábamos empachadas de comer, así que pedimos una pizza enorme familiar con una pequeña (por si nos sabía a poco). La hora de la cena fue muy divertida. Comimos en el salón, donde dos compañeros de Mónica (bautizados como Libro y Violonccelo) veían la final de la Champions. Libro no levantó la vista de su libro más que para hacer algún comentario inexpresivo de los goles; Violonccelo era más simpático, pero se le notaba harto de nosotras cuando le molestábamos viendo el partido para preguntarle cosas esenciales como cómo se dice en inglés "tener la edad del pavo".

La cena y las copas se prolongaron mientras aún no nos habíamos cambiado de ropa y teníamos que coger un tren hasta el centro, sólo para un par de horas que seguirían abiertos. Así que decidimos quedarnos en casa haciendo el tonto. Yo quería ir al bosque de al lado para ver ratas, pero como nadie me acompañaba en mi idea, Manon y yo nos fuimos al jardín a jugar al fútbol (a hacer un Mata). Manon subió a por su linterna y empezamos a hacer regates y tirar penáltiles. ¡Le metí un golazo que las dos lo flipamos! Pero Mónica nos cortó pronto el rollo, sus compañeros estaban acostados desde hacía horas y eran las cuatro de la mañana.

El día de hoy ha sido prácticamente durmiendo. Cuando decidimos levantarnos, obligamos a Mónica a que nos hiciera una tortilla (de ocho huevos) y Berta y Manon fueron a comprar los ingredientes para hacer pan de ajo con mozzarela. Sólo ha sobrado un triangulito de tortilla. Esta noche, mi cena ha sido un vaso de agua.

Mañana empezará una nueva y extraña semana. La madre de Hugh ha llegado hoy y no sé por cuánto tiempo estará ni cuál será su papel aquí. Al menos, Tamsyn me ha dicho esta noche que mañana me dará un planning de la semana... Esperemos que vaya bien.

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