domingo, 3 de junio de 2012

Hay dos frases que podrían resumir el día de hoy y entre las que no me puedo decantar. Una es que odio el tiempo de Londres. La otra, que si todos los días fueran fin de semana, volvería con veinte kilos de más y con el colesterol por las nubes.

Ya antes de llegar a Londres estábamos esperando ansiosas el día de hoy. El sesenta aniversario de la coronación de la Reina, el famoso Big Lunch… de hecho, este era el único fin de semana intocable para regresar a España o hacer planes alternativos. El desfile de barcos por el río Támesis empezaba a las 14:30 en Chelsie, sin embargo, quedamos a la hora de siempre porque nos advirtieron que habría mucha gente.

Cuando bajé a desayunar, en la casa aún estaban los amigos de Hugh y Tamsyn (esta casa está siempre llena de gente; afortunadamente, no bajé en pijama). Hugh estaba jugando con los niños a que se inventaran historias (me parece un padre genial). La de Charlie trataba de dragones, dinosaurios, monstruos, brujas y una princesa. La de Alannah era de una niña que salió de su casa y estaba esperando el tren pero se le escapó, así que llegó una tal Isobel (cómo no), le regaló caramelos y, al final, acabó cogiendo un avión rosa y se fue a vivir a una casa amarilla en Bermuda para toda la vida.

Cuando llegué a Victoria, la estación estaba más llena que nunca. Había un monton de puestecillos vendiendo banderas, gorros y caretas; un grupo de música vestidas de bandera, de los pies a la cabeza; y cientos de personas vestidas para la ocasión: abrigos con estampado de bandera, corbatas con estampado de bandera, botas con estampado de bandera, leggins con estampado de bandera, shorts con estampado de bandera, uñas con dibujo de bandera, caras pintadas de bandera... ¡hasta los perros llevaban sus banderitas!

Al llegar al puente del río, nos enteramos de que había que pagar para ver pasar los barcos y que sólo en un lado del río era gratuito, pero que había gente esperando desde las seis de la mañana (no paseis por alto el frío que ha hecho hoy y la lluvia incesante). Así que empezamos a intentar buscar un hueco, pero lo mejor que encontrábamos nos permitía ver una esquinita entre los árboles, así que no merecía la pena quedarnos planchadas dos horas bajo la lluvia, muertas de frío y sin comer. Y hablando de comida, ya hechas al horario inglés, nos fuimos a comprarnos una hamburguesa con unas patatas (compartidas) en uno de los puestos ambulantes típicos de feria.

El día pintaba bastante mal, sólo estábamos paseando por el camino del río, entre el tumulto, heladas, intentando buscar un sitio y cada vez más desanimadas. Nos compramos un chocolate caliente, pero no nos sirvió de mucho. Hasta que vimos que en una de las pantallas gigantes había un grupo de música tocando, una barra y gente bebiendo y vimos el cielo abierto. había una de las bebidas que llevamos con ganas de probar desde que la vimos el primer fin de semana. Se llama Pimm's y es una especie de sangría a la inglesa. Lleva un licor, gaseosa, hierbabuena, fresas, naranja, limón y lima. ¡Y está buenísima! Aunque la idea era que el alcohol nos quitara el frío y fue como tomarnos un zumo de frutas.

La salida de los barcos la vimos desde la pantalla gigante. Aún me sigue asombrando cómo los británicos adoran a la Reina y le gritan y le chillan (en el buen sentido) como si fuera su grupo favorito en un concierto. Pero nosotras también aplaudíamos como las que más. Nos ha faltado comprarnos una careta. Había de la Reina, de Carlos, de Camila, de Kate... imaginaos las típicas de cartón con los ojos recortados. De hecho, hemos ido a preguntar el precio y todo, pero eran demasiado caras. La conversación con el vendedor ha sido: "Excuse me, how much is it?" (Perdone, ¿cuánto cuestan?), "3 pounds", "Ah ok, and who is him?" (Ah vale, y quién es ese?), "him? the Queen's husband, Philip" (¿él?, el marido de la Reina, Philip). Y nos hemos ido. El pobre vendedor se ha quedado de piedra. Pero es que no teníamos ni idea de quién era y Manon estaba segura de que el pobre hombre sin ojos se había muerto.

Manon tenía que trabajar hoy de baby sitter, así que nos hemos venido antes que de costumbre. Aunque no nos ha pesado. Estábamos cansadas y muertas de frío. Lo peor de este tiempo es que necesitamos estar bajo techo y, como no tenemos dónde estar, entramos a algún restaurante de comida rápida y consumimos para que no nos echen. Mi comida en todo el día de hoy ha sido; cereales; hamburguesa con cebolla, queso y bacon; chocolate caliente; tres vasos de Pimms; y un Mc Flurry (afortunadamente, también hemos andado mucho).

Mañana y pasado serán festivos en todo Reino Unido, La idea de mañana es ir a Hyde Park a ver en las pantallas gigantes el concierto de Elthon John y Paul Maccartney (entre otros) en las pantallas gigantes y quedarnos para los fuegos artificiales. Esperemos que no llueva... Cross fingers (Crucemos los dedos).

1 comentario:

  1. Creo que a lo que más me costará adaptarme es a ese patriotismo jeje Y a lo que menos, a la comida...

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