martes, 5 de junio de 2012

Como os prometí anoche, os contaré mi experiencia en el Diamond Jubilee Concert. Me atrevería a decir que fue una de las mejores experiencias desde que llegué a Londres. Imaginaos, un poco de vino, una manta, Hyde Park lleno a rebosar y buena música: Robbie Williams, Kylie Minogue, Elthon John, Paul McCartney, Take That, Jessie J, Steve Wonder, Tom Jones, Will.i.am (el negro de los Black Eye Peace)... Por supuesto, tampoco faltó un poco de lluvia.

Como ya llevábamos dos días quedando y el concierto no empezaba hasta las 19:30, decidimos vernos a la hora del almuerzo. El domingo habíamos visto en Victoria Station un restaurante buffet de pizza por seis libras y algo. Así que ese fue nuestro lugar de encuentro. Después de ponernos púas, el plan era comprar algo de beber y una manta para ver el concierto en alguna de las pantallas gigantes (dando un paseo para bajar la comida).

Cuando pasamos por Buckingham Palace, sobre las 14:00, la cola de los afortunados que habían conseguido entradas ya era interminable y en St. James Park ya se veían un montón de mantas frente a las pantallas gigantes. Había también un plató de televisión improvisado con un montón de gente asomada para ver algo y policías impidiendo el paso. Por supuesto, preguntamos. "Excuse me, are they famous?" (perdone, ¿son famosos?), la gente se queda de piedra con este tipo de preguntas. No sabría traducir exactamente lo que me dijo pero, como intuíamos, eran presentadores de televisión conocidos en Inglaterra. Imaginábamos que serían algo así como los Ana Rosas y Jesuses Vázquez.

Estuvimos dudando si quedarnos en St. James porque, además, está al lado de Buckingham y quizás podríamos escuchar la música en directo; pero teníamos que ir antes a comprar refrigerios y una manta/toalla, así que nos dirigimos a Oxford Street para comprarla en Primark. Como buenas londinenses que estamos hechas, ya no necesitamos mapa para movernos por la ciudad, pero llegamos a Oxford Street por una calle que nunca antes habíamos visto y que nos dejó alucinadas. Estaba llena de tiendas lujosas de las firmas más importantes del mundo: Dior, Chanel, Dolce & Gabanna, Versace... Aunque los nombres iban decreciendo a medida que avanzábamos la calle... hasta llegar a Primark. Pero primero fuimos al M&S a comprar algo de beber.

Nuestra idea era comprar un tintito con algún refresco de limón (aquí no existe la Fanta de limón), pero no lo había en formato brick, así que no era demasiado barato. El otro handicap era que no teníamos sacacorchos, por lo que teníamos que buscar el más barato de entre los que se abrían con rosca. Al final encontramos algo. Pero, de repente, vimos la luz al final del túnel. Oferta: una botella de vino rosado + botella de champán afrutado + zumo de granada (atentos al dato) + gaseosa de lima = 12 libras. No teníamos ni idea de a qué sabría todo eso mezclado, pero el cóctel nos pareció cachondísimo. Del mismomodo, tampoco había vasos de plástico, así que vimos unas copichuelas de cristal muy estilosas y nos las adjudicamos.

El siguiente paso era comprar la manta. En contra de todas nuestras expectativas (todo Londres estaba en Buckhingham y St. James), Primark estaba más lleno que nunca. Hicimos vista de caballo mirando sólo el camino hacia las mantas para no distraernos con precios golosos, hasta que encontramos una suficientemente grande para las dos por sólo tres libras. Cuando llegamos a la planta baja para pagar sin tanto bullicio, Manon había perdido su chaqueta. La esperé abajo con nuestra cajita de refrigerios mientras miraba persona por persona a todos los que bajaban por las escaleras mecánicas. Imposible. Pasados 15 largos minutos, Manon apareció con su chaqueta en la mano. Después de haber preguntado a varios empleados y creer que tendría que dar sus datos por si la encontraban, se topó con uno que acababa de encontrarla y justo iba a llevarla a objetos perdidos.

Como estábamos cerca de Hyde Park, decidimos pasar para ver cómo estaba el ambiente. Había cuatro pantallas gigantes repartidas por la zona de Marble Arch (esas son, al menos, las que vimos) y, a pesar de que estaba lleno, encontramos un buen sitio, así que nos quedamos. Antes de empezar el concierto, hubo actuaciones de grupos africanos, mahoríes... En un momento, empezó a llover muy fino, pero nada que no pudiera combatir un paraguas. El resto de la noche no estubo mal, pero cada vez que se veía un rayo de sol la gente lo alababa casi tanto como a la Reina. Había gente de todas las nacionalidades. Conocimos a norteamericanos, brasileños, franceses, españoles... Sobre el concierto, mejor os dejo algún vídeo de Youtube, no tienen desperdicio (tenemos un vídeo de las dos cantando motivadas, veré si es subible una vez que Manon me lo pase. Las fotillos las subiré en cuanto las tenga).





Después de los fuegos artificiales, que cerraron más de tres horas de música, llegaba el momento de volver a casa en el mismo metro que millones de personas. Decidimos coger el de Bond Street para evitar la misma cola que nos tocó al salir de Hyde Park, pero se ve que no fuimos las únicas en pensar lo mismo. Yo estaba preparada con los horarios de mi tren, pero ayer se los tomaron por el pito de un sereno. Al final tuve que esperar más de media hora en la estación. Llegué a mi casa a las 12:15 y reventada. Así es el horario inglés...

Os dejo con algunas fotillos del sábado en la cabalgata de barcos. ¡Volveré esta noche!

 Mi saludable lunch (almuerzo)


Pimm's

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