lunes, 23 de abril de 2012

Definitivamente, trabajar as an au pair (como aupair) no es una tarea fácil. Si ya es difícil ganarse la confianza de unos niños pequeños que nunca se han separado de su madre, imaginaos si no hablan tu idioma...

A las 6:00 ya estaba Charlie llamando a su madre (Oh, my goodness! es imposible dormir aquí), pero era demasiado temprano para mi cuerpecito pequeño y cansado, así que decidí retozar un poco hasta que sonó mi despertador a las 7:00.

La primera prueba era el desayuno. Ok, remember (vale, recuerda): cereales con azúcar y leche; Actimel para Charlie, zumo para Alannah; y fruta. Un plato rosa para Alannah, azul para Charlie. Prueba superada.

Después de recoger las habitaciones y hacer las camas, tocaba el aseo: primero las manos, después los dientes (cepillo rosa con pasta de menta para Alannah, cepillo verde para Charlie con pasta de fresa), lavar la cara, echar un poco de crema con protección solar y ¡listos para vestirse! Segunda prueba superada.

El plan de hoy era ir a Brixton para llevar mi abrigo, comprarme mi teléfono inglés, hacerme una cuenta bancaria y hacer algunos recados. Así que, a pesar de las inclemencias del tiempo, nos pusimos en marcha con nuestros inseparables scooter y boogie. La caminata duró casi media hora y, entre recado y recado, tenía que salir corriendo a buscar un baño para alguno de los dos peques. Para el lunch, aprovechamos que estábamos cerca de un Mc Donalls.

A pesar de que los peques estaban enamorados de mi strawberry umbrella (paraguas con forma de fresa), el camino de vuelta a casa era demasiado largo para volver a hacerlo bajo la lluvia, así que volvimos a casa en autobús. Tamsyn tenía cita con el médico a las 14:00 (ya sólo quedan dos semanas para la llegada del nuevo bebé), así que me quedé a solas con los niños. Tercera prueba superada. Hemos estado jugando a un millón de cosas, sólo habría que pasar por el salón para darse cuenta, pero nos hemos divertido y lo importante es que casi no preguntaron por su madre.

Y llegó la cuarta prueba: la cena. Tamsyn había preparado un poco de pasta para los pequeños, pero Charlie ya estaba demasiado cansado para cenar. Así que al final Tamsyn lo llevó a bañarlo mientras yo le terminaba de dar la cena a Alannah entre risas. Cuarta prueba medio superada. Y en el baño, más de lo mismo. Los pequeños se divierten mucho conmigo, pero cuando está su madre, no tienen ojos para nadie más... Creo que van a pasarlo mal cuando nazca el bebé. Creo que vamos a pasarlo mal. Quinta prueba: medio superada.

Y por fin, ¡la hora de dormir! Hoy he estado en el cuarto de Charlie mientras Tamsyn les leía un cuento antes de meterlos en la cama. Todavía es imposible hacerles pensar que otra persona que no sea su madre, su padre en algún otro caso, pueda acostarlos. Y los entiendo, aunque me entristece. Mañana será mi primer día de baby sitting (cuidándolos por la noche) y no sé cómo vamos a llevarlo. Crucemos los dedos.

Os dejo una foto de mi barrio para que podáis verlo. Mi casa es la de color crema. La única de color crema. Justo está hecha para que au pairs sin orientación, como yo, puedan identificarla entre barrios y barrios exactamente iguales. ¡Buenas noches!

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