sábado, 21 de abril de 2012

Creo que hoy me he dado cuenta por primera vez de que estoy viviendo en Londres y, sin embargo, también ha sido el día en el que me he sentido más turista que nunca...

Hoy era mi primer día de descanso, así que he aprovechado para ver a Manon, explorar la ciudad y desconectar del inglés (algo que, por cierto, voy a aprovechar todos mis sábados y domingos hasta el final de mis días londinenses...).

Cuando hablo de descanso, no me estoy refiriendo a dormir más. Tengo la mala costumbre de despertarme si entra luz en mi dormitorio... y, como veréis más abajo en la foto, no estoy en el mejor sitio para costumbres sibaritas. Así que, nuevamente, estaba retozando a las 6:30 y ya en pie a las 7:00.

En el desayuno, hoy he descubierto unos cereales que me han encantado. Nunca pensé que pudiera decir esto de unos cereales mojaditos en leche y con un poco de azúcar, pero tendrá razón mi madre cuando dice que cada vez me estoy volviendo menos delicadita... Y lo curioso es que los británicos tienen un cajón de la cocina dedicado exclusivamente a los cereales. Así que aún tengo un universo por descubrir...

A la estación de tren me han acompañado Tamsyn y Charlie, con su scooter. Pensaba que podía coger el tube (metro) en Brixton, pero está demasiado lejos de casa, así que tengo dos opciones de trenes hacia Victoria o London Bridge, que me van a costar un ojo de la cara.

El primer día como exploradoras de Londres ha sido genial. Nos hemos perdido entre los millones de puestos de Candem; hemos comido Indian and Chinese food (comida india y china) subidas en unas "motos" mirando al Támesis; nos hemos reído muchísimo; hemos caído en la tentación con un puesto de donuts donde era imposible elegir sólo uno (al final lo hicimos, no os preocupéis); hemos hecho un planning para las próximas semanas en un Starbucks, donde me he derramado un chocolate caliente encima del abrigo; hemos estado paseando por Covent Garden; y, finalmente, nos hemos despedido en Picadilly. Lo peor de todo ha sido que, como turistas, no paraban de hablarnos en español (Oh, my goodness!)




Y, así como en la ida fui una machota defendiéndome yo sola por las concurridas calles subterráneas de Londres (también conocidas como Metro), ¡a la vuelta he sido un desastre! Pensaba que el camino de vuelta a casa sería tan sencillo como el de ida, así que para qué mirar el mapa, sin tener en cuenta dos cuestiones esenciales: mi mala orientación y que a la ida me llevaba Tamsyn. Así que, finalmente y sin remedio, me he perdido. Por suerte, soy toda una experta utilizando mapas y he conseguido llegar a casa.

A mi regreso (a las 19:20), un Charlie y una Alannah recién metidos en la cama me recibieron con un gran beso cuando les di unas piruletas que había comprado para ellos. Aunque la de Alannah tardó unos segundos en caerse al suelo. Lo mismo que tardó ella en llorar. No doy una.

Como esta noche Tamsyn no estaba, he acompañado a Hugh a tomar la cena (unos spaghetti que, por la pinta, diría que los había cocinado él mismo). Hemos hablado muchísimo y, al final, hemos visto unas carreras de caballos en la tele en la que, afortunadamente, ha ganado Merino. Tendríais que habernos visto a los dos animando al caballo con el jockey vestido de verde (recordad que todo esto es en inglés).

Buenas noches a todos. El plan de mañana es descansar un poco antes de volver a salir a "explorar" Londres. Tendré que buscar algún pañuelo para taparme los ojos cuando el amanecer esté justo en mi habitación...

Os dejo una foto para que podáis verla y otra de mis tulipanes (espero que no se sequen nunca).


No hay comentarios:

Publicar un comentario