viernes, 17 de agosto de 2012

Que conste que estoy súper cansada, pero sé que a mi madre le va a hacer mucha ilusión ver que escribo. Esta semana está siendo realmente agotadora, no puedo más. Después del fin de semana matador, Tamsyn está tan liada con los preparativos de las vacaciones que no tengo tiempo (ni ganas) ni para ir al gimnasio. Y los niños necesitan ya empezar el colegio urgentemente. Tanto ellos como yo odiamos ya el parque y, encima, todo el día discutiendo, llorando, no saben ni lo que quieren... Pero a ver, cómo resumo estos días en no demasiados párrafos (lo siento, espero coger el blog con más ganas a la vuelta de mis semivacaciones).

Creo que me quedé en Charlie y su proyecto de dejar el chupete. Ya estaba todo preparado y los chupetes en un sobre de embalaje con un cartelito para el hada. A pesar de que llevábamos varios días recordándole a Charlie lo que iba a pasar, Tamsyn me dijo que me bajara con Alannah a ver un poco la tele que ella acostaría a Charlie y no sabía cuánto tiempo le iba a costar convencerle. Efectivamente, Tamsyn se pasó más de media hora con Charlie llorando y pidiendo a gritos sus chupetes. Se escuchaba tanto, que tuve que subir dos veces a dormir a Ruairi que se despertaba y empezaba a llorar asustado. Pero al día siguiente, todo fue distinto.

Cuando salí de mi habitación, Charlie gritaba, pero de emoción por el regalo que el hada de los chupetes le había dejado debajo de su almohada. No sé si sabéis lo que son las Trunki, unas maletas muy chulas que llevan los niños, que se suben encima y los padres van tirando de ellos. Pues con forma de coche de bomberos. Ahora sigue pidiendo sus chupetes de vez en cuando, pero siempre le recuerdo a quién se los dejó y qué tiene él a cambio y se pone muy contento y me dice que suba con él a su habitación a enseñarme su regalo. Lo gracioso es que el hada le dejó hasta una tarjeta agradeciéndole que le haya dado todos sus chupetes y asegurándole que ahora están en manos de niños que realmente los necesitan.

El día de ayer fue matador. Tamsyn tenía que ir al médico con Charlie y estuvieron fuera desde las nueve de la mañana hasta las dos y media de la tarde. Me subí una hora y cuarto a mi habitación para quedarme frita y después bajé porque Tamsyn tenía peluquería y ya hasta la noche, que los llevé también al parque y encima me tocaba baby sitting y se ve que no llegaron hasta más tarde de las dos. Yo me subí el cacharrito de escuchar si el bebé llora y me quedé frita a las once. No podía más, de verdad. Si después del almuerzo, mientras Alannah veía una peli, no paraba de quedarme dormida en el sofá. Y ella se meaba de risa y me gritaba "Wake up!" (¡Despiértate!), pero tardaba un mili segundo en volverme a dormir. Ya al final se hizo a la idea y me dijo que si podía ser mi almohada.

Por la noche encima, a Alannah se le antojó que quería una ducha (nunca en la vida los he visto ducharse, siempre se bañan juntos) pero Charlie no quería (qué raro que no estuviesen de acuerdo); así que yo bañé arriba a Charlie y Tamsyn duchó a Alannah abajo. Así es todo últimamente. Tardamos el doble en hacer cualquier cosa minúscula. Que tienen que lavarse la cara por la mañana, se hacen un ovillo en el sofá y no hay quién los levante. Eso cuando no empiezan a gritar pick it up, pick it back! (que los lleve a caballito) y tengo que subir tres plantas con uno y bajar a por el otro; cuando no se me engarrinchan en las piernas y tengo que subir tirando de ellos. Que vamos al parque, cuando no llora uno, llora el otro y, en el camino, ya se sientan en el suelo un rato, ya se paran por todo... y luego tienen poco tiempo de estar en el parque y lloran también por volverse. En las comidas, ya se levantan, ya necesitan hacer pipí y caca (con lo que pueden tardar media hora) ya se tumban en las sillas, ya se inventan mil juegos... En la hora del baño, se pelean, a Charlie no hay quien lo saque de la bañera, luego salen corriendo sin ropa, se tiran al suelo cuando los secas... Absolutamente todo se hace interminable.

Hoy, por la mañana, Tamsyn se los ha llevado un rato a casa de Alexander y luego me ha tocado recogerlos para ir al parque. Evidentemente, no se querían ir. Media hora esperándolos, porque además, la madre de Alexander no paraba de marearme con que si fuéramos juntos al parque, que si ella prefería que se quedaran todos en su casa porque estaba muy cansada y no tenía ganas de ir al parque... Cada vez nos decía una cosa y todo para echarnos después, porque decidió que iba a hacer un picnic con sus hijos en el mismo parque (que es bastante pequeño) pero en otra parte. Vamos, que nos saludábamos todo el rato. Y encima Alannah llorando, que ella no quería ir al parque, y que no quería, y que no quería. Que se quería ir a casa. Y cuando le dije que vale, que íbamos a casa, llorando que no, que por favor la perdonara, que quería ir al parque (ejemplos así tengo cada cinco minutos). Yo luego le regañé, porque siempre se porta mal delante de la gente y me hace enfadarme con ella y le he dicho que no haga eso, que la gente se va a pensar que no me quiere o que no soy buena con ella. Es que odio cuando me deja totalmente en evidencia.

Y luego tocó la vuelta del parque. Alannah quería que fuésemos corriendo por la calle, pero yo estaba muy cansada y le dije que andaba rápido. Pues llorando porque yo no corría y ella ganaba porque yo me dejaba. Cuando corro para que no llore y adelanto a Charlie, el tio llorando a grito pelao y encima delante de los obreros de al lado de casa que nos estaban animando a correr. Y Alannah ultra feliz porque había corrido. No se puede agradar a los dos a la vez. Me van a volver loca. 

Y bueno, estoy olvidando la anécdota del otro día. Yo estaba en mi rato libre skypeando y escucho a Alannah llorando, gritándole a Charlie que no lo hiciera y suplicando a su madre que bajara al salón. Y cuando voy a ver qué pasa, me encuentro que Tamsyn ha puesto en una mantita en el suelo a Ruairi para que jugase con sus juguetes y Charlie quería coger la manta y le estaba pegando tirones para quitar al bebé de encima. Por suerte, no tuvo suficientes fuerzas. Pero Alannah la pobre estaba de verdad con el corazón encogido pensando que iba a hacerle daño a su hermanito.

Todo el día así, de verdad. Menos mal que ya es viernes por la noche y ya sólo me queda el fin de semana de descanso para preparar mi maleta. Lo malo es que hoy también tienen invitados de Bermuda y, no sé por qué, a mí me toca cenar con ellos y no con los niños, así que a esperar... Mañana os cuento. ¡Buenas noches!

3 comentarios:

  1. Hola Ana! Estan geniales las aventuras que cuentas, eres afortunada por vivir esta experiencia y vives en una ciudad tan bonita a la vez que aprendes o mejoras el inglés. yo ahora mismo me encuentro buscando familia que necesite au-pair, pero sin éxito, porque la mayoria de las familias se encuetran en pueblos muy aislados y yo necesito estar cerca de una ciudad. me podrias dar algun consejo para tomar un buen camino? tu agencia o la manera de contactar con la familia adecuada? te dejo mi email por si tienes algun tiempecillo de respiro entre niño y niño :) un saludo y gracias!
    Ana Oliver
    ana_aob@hotmail.com

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  2. Hola, encontré tu blog por casualidad en internet buscando información sobre au pairs me quiero ir yo de au-pair me gustaría ir a Londrés o Inglaterra el problema es que no me fio de hacerlo por internet y así,escuché que hay mmuchos fraudes y etc si me pudiéses ayudar te estaría muy agradecida.Gracias de antemano.

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  3. Hola Ana, yo tengo la misma duda... hace mucho que quiero ir a Londres de au pair pero tengo bastante inseguridad en el tema de las familias... ¿podrías ayudarme por fa? modayprotocolo@gmail.com gracias!!! :D

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