jueves, 2 de agosto de 2012

Para los que dicen que no saben ubicar a Ruairi y que nunca hablo de él, hoy voy a dedicarle prácticamente todo el post. Como ya os conté, Tamsyn y Hugh iban a ver el Volley, así que me tenía que quedar el día entero con los tres niños. No obstante, Tamsyn me dijo que no tenía que levantarme a las siete, que ella misma se encargaría. Así que me puse el despertador a las diez, aunque a las nueve ya estaba cansada de dar vueltas en la cama (el día que vuelva a casa definitivamente, me lo pasaré entero durmiendo).

Tamsyn estuvo explicándome todo lo que tenía que hacer con el bebé. Me enseñó a prepararle los biberones, cuántos, cada cuánto tiempo, a cambiar un pañal, las posibles cosas que le pueden pasar cuando llora, qué hacer por la mañana, qué hacer por la tarde, qué prepararles a los niños para el almuerzo, qué prepararles para la cena, todas las posiciones que tiene el carrito, cuándo utilizar cada una... Y todo esto en inglés. Me parecía imposible. Pero algo dentro de mí me decía que no sería tan difícil. Al final, no lo he hecho tan mal...

Ella se fue un poco después de las once y media, pero antes de irse le cambió el pañal y le dio de comer. A los cinco minutos, tuve que volver a cambiarle el pañal e intenté dormirlo (era el primer plan de la mañana). Me fue un poco pesado, más que nada porque en mis brazos se quedaba frito y en cuanto lo ponía en la cuna empezaba a llorar y a empezar desde el principio. Pero a la tercera fue la vencida y conseguí que se quedara solo. Mientras, los niños estaban viendo 101 Dálmatas y yo me puse a planchar unas ropitas mías. Ruairi estuvo durmiendo durante dos horas y, cuando se despertó, le calenté su leche al baño María, se tomó todo su bibi y se quedó jugando en su activity mat (una especie de parque).

Mientras, los niños se tomaron el almuerzo. Les calenté la pasta, les calenté la salsa boloñesa y les dejé comer en el sofá mientras veían la tele. Después, a Charlie tuve que cambiarle de ropa porque estaba lleno de tomate, les lavé la cara a los dos y nos fuimos todos juntos a dar un paseito por el parque: Charlie con su scooter, Alannah con el carrito de su muñeca y yo con el carrito del bebé. Pero no estuvimos mucho rato, porque a las dos y media habíamos quedado con la madre de Alexander para que se fueran un rato a jugara su casa mientras yo me quedaba con el bebé.

Después de un rato penoseando, logré que se durmiera sin tener que cogerlo en brazos. Morgan me trajo a los niños después de una hora y se quedó el resto de la tarde conmigo porque Tamsyn le había pagado para echarme una mano. Mientras yo le daba el segundo biberón a Ruari, ella le pintó la cara a Alannah de bruja y luego yo se la pinté a Charlie de vampiro verde y Alannah a Morgan de muchos colores. Y después, dejé a Ruairi en el activity mat, a Charlie viendo In the Night Garden y a Alannah jugando con Morgan. Me puse muy celosa, porque estaba con ella mejor que conmigo con todo el tiempo y el sufrimiento que me ha costado que me quiera. De hecho, mientras yo preparaba las pizzas y Morgan fue a coger a Ruairi que estaba llorando, me vino a decirme que si podía coger yo a Ruairi para que Morgan jugara con ella.

Ruairi no paraba de llorar. Intenté por dos veces darle el segundo biberón, pero no había manera; así que repasé la lista: no tenía hambre, tampoco gases, el pañal estaba limpio y tampoco quería jugar, por lo que no podía ser otra cosa que sueño (o estar malito, pero no podía tener tan mala suerte). Volvió a costarme dejarlo de nuevo solito en la cuna, pero no tanto como las veces anteriores, y me sirvió para que los niños terminaran de cenar y para bañarlos. Después se despertó y, como ya eran las siete, le cambié su pañal, le puse otra ropita y le preparé el biberón de la noche. Ese sí se lo tomó. Mientras tanto, Alannah estaba coloreando y alardeando los dibujos de Morgan y Charlie seguía viendo sus dibujitos en la tele.

Y por fin, llegó el momento de acostarlos. Morgan ya estaba muy cansada, así que le dije que no se preocupara, que yo podía acostarlos sola, pero Alannah se empeñó en que ella le leyera un cuento. Así que ella se lo leyó a Alannah y yo a Charlie. Cuando Morgan se fue, Alannah empezó a lloriquear preguntándome cuándo llegaría su madre. Le dije que por qué con Morgan estaba tan contenta y ahora conmigo empezaba a llorar "Because I like to be with her" (Porque me gusta estar con ella); "And don't you like to be with me?" (¿Y no te gusta estar conmigo?); "No"; "Ok, good night" (Vale, buenas noches); "Will you tell to mummy and daddy?" (¿Se lo vas a contar a mamá y a papá?); "No"; "Ok"; "Ok? I won't be your friend any more" (¿Vale? No seré tu amiga nunca más); "Really?" (¿de verdad?); "Yes" (Sí); "Ok then, but I love you" (Vale entonces, pero te quiero); "I don't" (Yo no). Y me fui.

Contado así, ya sé que parece un drama y que yo he hecho el mismo papelón que ella, pero de verdad que me ha hecho mucho daño que me diga eso; sobretodo porque cuando me dice cosas así siempre se ríe diciéndome que es broma. Y de verdad que hoy me he pasado el día entero trabajando y haciendo lo que han querido para que me venga con esas. Y todos los días haciendo un montón de cosas por ellos, inventándome juegos, comprándoles regalitos, haciéndoles un cuento... No entiendo por qué no puede ser una niña normal como Charlie. De verdad, qué ganas de volver a casa... Hoy, os dejo que la odiéis.

Y bueno, en la sección felicitaciones (ya se ha hecho costumbre, creo que está incluso dejando de hacer ilusión) quiero felicitar por segunda vez en mi blog a mi primo Ángel, que hoy ha sido su santo. A la próxima que me toque felicitarte, subiré una foto tuya,porque los que no te conozcan estarán ya fritos por saber cómo eres. ¡Un beso! ¡Y buenas noches a todos!

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