jueves, 31 de mayo de 2012

Como predije ayer, el día de hoy ha sido bastante tranquilo. Aparte de mi rutina matinal, he llevado a Charlie a la guardería, he planchado un poco, he recogido a Charlie y les he dado un baño a los peques. Pero os cuento más detenidamente...

Esta mañana, los niños llegaron a la cocina con su padre mientras yo preparaba el desayuno a Alannah. "Say good moorning to Ana" (Decid buenos días a Ana), dijo Hugh. Charlie me lo dijo y vino a abrazarse a mi pierna. Alannah se quedó quieta y callada. "Alannah, you too" (Alannah, tú también), así que me lo dijo de mala gana y apoyó la cabeza en mi pierna durante unos segundos. Son pequeños ejemplillos para que veais mi diferente relación con los niños.

Hoy, nana (la abuela) volvía a Irlanda. Cuando iba a salir para llevar a Charlie a la guardería Tamsyn dijo que a mi regreso ya no estaría, así que nos dimos un abracito de despedida. Pero al volver, aún estaba; así que, cuando se fue de verdad, nos quedamos mirándonos y le dije: bueno, vamos a abrazarnos otra vez. La verdad es que es súper tierna. Cuando tendíamos la ropa juntas en el jardín hablábamos de temas como cuántos hijos quiero tener... casi como una abuela a su nieta pequeña. Incluso me ha dicho que cuando vaya a Irlanda tengo casa allí.

Después de planchar un poco mientras escuchaba música, estuve un par de horitas descansando-estudiando en mi habitación; me comí unas costillas a la barbacoa over coocked (más hechas de la cuenta, mayormente achicharradas) como dice Tamsyn, que sobraron hace un par de noches; y fui a recoger a Charlie a la guardería. Era mi primera vez, así que estaba un poco nerviosa por cuál sería su reacción al verme a mí y no a mumy (tengo todas mis expectativas puestas en Charlie). Pero le ha dado mucha alegría verme y más, cuando ha visto que le había llevado galletas.

El camino ha sido muy divertido, porque hacía mucho viento y me inventé la tontería de que me llevaba volando. Así que le daba un empujón al carro y yo salía también corriendo haciendo espavientos y el tio se meaba. No hacía ya otra cosa que decir "Oh Ana, the wind!" (¡Oh, Ana, el viento!) para que lo hiciera otra vez. Así que he llegado a casa destrozadita. Hoy también ha estado guay, porque Tamsyn me ha dado dinero para que hiciera unos recados en el Salisbury's: una garrafa de leche y dos postales de cumpleaños y me ha encantado elegirlas.

Esta semana, la cosa va de cumpleaños. Hoy era el segundo cumpleaños de Boby, el hijo de una amiga de Tamsyn, no sé si os he hablado alguna vez de él- Así que hoy tenían una fiesta desde las tres hasta las seis (tres horas de descanso para mí).

Cuando han vuelto, he bañado a los chiquitines. Charlie otra vez hoy liado con su mazapancillo. "Charlie, don't touch your willy!" (Charlie, no te toques el pito!). No sé cómo tengo que actuar en esos casos, pero Alannah se meaba. "Ana, how do you say willy in Spanish?" (¿cómo dices pito en español?), me preguntó la peque, "pito", "pito willy?", "no, just pito" (no, sólo pito). Pero es que de verdad que hacen cada cosa que no sé cómo actuar. Hoy Alannah estaba como dándole un beso interminable a Ruari (aquí los dan en la boca) y, cuando me he dado cuenta, lo que estaba haciendo es meterle la lengua en la boca en el bebé porque cuando tiene hambre mama. Es para quedarse flipados.

Y bueno, en general, la relación con los peques va mucho mejor. Con Charlie ya es genial, lo adoro. Con Alannah me sigue costando, pero es cuestión de actitud. Hoy, por ejemplo, por la noche, mientras veían un poco de tele antes de ir a la cama se ha venido a tenderse en mi regazo...

Y ya, por último, tengo algunas noticias nuevas sobre idas y venidas. Ya tengo mi vuelo de regreso a Londres el viernes 29 y, en la cena, Tamsyn me ha dicho que van a mirar ya mi vuelo a España en octubre (el definitivo) y que lo reservarán para el ocho de octubre. Después hemos estado hablando de lo rápido que pasa el tiempo... Y tanto.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Hoy me he ganado el sueldo. Por la mañana ya empezó complicado el día. Como siempre, preparé el almuerzo para Alannah y empecé a vaciar el lavavajillas esperando a que llegaran los peques. Cuando apareció Alannah, sin decirme buenos días, empezó a comprobar su almuerzo. De primeras, no le gustaba la chocolatina que le puse, así que la subí al pollete para que eligiera. Cuando había elegido, me dijo que no quería plátano, que mejor una manzana. Así que cogí la manzana, se la corté en trocitos, como siempre. "No! Don't cut the apple like that!" (¡No, no cortes la manzana así!). Le dije que ya estaba cortada y que no podía hacer nada, así que empezó a llorar. Le dije que si quería sus cereales y, cuando se los había echado, me lanzó la caja. Cuando vió que, aun así, yo estaba metiendo la manzana en una bolsita de animalitos, la cogió, la metió en la nevera y se fue dejando los cereales en la mesa. Al poco rato, bajó Tamsyn y me dijo (muy amable) que en el cajón de abajo de la nevera había manzanas. Así que cogí una, se la pelé, se la corté de otra manera y se la metí en otra bolsita de animalitos. Cuando se bebió el zumo (no probó bocado de los cereales), volvió de nuevo a comprobar su almuerzo. "What's this?" (¿Qué es eso?), me dijo señalando la manzana, "apple" (manzana). Le cambió la cara "have you cut the apple again?"  (¿has vuelto a cortar la manzana?). Le dije que ya tenía que ser así, que mañana le pondría una entera y se fue llorando a su mamá y Tamsyn le dijo que ella le compraría una después. Cuando lo escuché, no me lo podía creer. Cogí una manzana, la lavé, le pregunté si la quería así y, sin ocultar mi enfado, se la metí en la mochila y me fui. Alannah me dijo "thank you" (gracias).

Y no sé si debería contar esto por aquí, pero hoy me ha pasado un acontecimiento muy gracioso con Charlie, inocente de mí. Estábamos viendo la tele y, de repente, me dice "Ana, my willy boy is getting bigger and bigger" (Ana, mi pito de niño se me está poniendo cada vez más grande). "Really?, lets me see" (¿de verdad?, déjame ver). Sí, eso le dije. Y ahí estaba el tio, tan agustito tocándose el mazapán. "Charlie, you can't touch your willy. It's not fun!" (¡Charlie, no puedes tocarte el pito, no es divertido!). Pero me meaba de risa.

Después de llevar a Alannah al cole, fui con Charlie al parque de Dulwich. Hoy Tamsyn necesitaba el carro para el bebé, así que ahí estaba yo cargando con Charlie y su scooter. Hemos tardado una hora en llegar. Allí nos estaba esperando Paloma (la chica que conocí la semana pasada) y Nathaniel, el peque que cuida. Así que nos hemos estado comiendo un heladito y luego hemos estado jugando con los niños en el playground. No llegamos a casa hasta cerca de las una.

Después de comerme mi bocadillo de rigor, me subí el ratito que tenía a echarme una siestecita. A las cinco Tamsyn se iba a celebrar su cumpleaños (al final no era el aniversario) con Hugh, así que bajé media hora antes. Tamsyn estaba envolviendo un regalo y Alannah escribiendo una tarjeta. Arianna (la hermana de Romally) cumplia un añito, así que Charlie y Alannah iban a llevarle un regalo. Alannah no tenía zapatos, así que le dije que se los pusiera, pero no quería. Le pregunté si quería los míos y me dijo que sí, pero cuando los tenía puestos, llegó la abuela a regañarle. Cuando se los cambié y les dije adiós, me preguntó si es que yo no iba a acompañarles, Alannah le dijo que podía ir ella sola, pero Tamsyn no la dejó, así que ahi que me tocó a mí. No obstante, la abuela es adorable. Y cuando hago algo, me dice "good girl" (buena chica), como a los niños pequeños. Eso me gusta.

En el cumple de Arianna estábamos nosotros solos. Han jugado un rato; hemos comido una tarta preciosa, que era un uno con florecitas y corazones; nos hemos hinchado de chucherías y he hecho algunas fotitos para la familia.

En el final del día, me ha tocado bañar a los pequeños, secarles el pelo, ayudarles con la cena, contarles un cuento y meterlos en la cama. Pero se han portado muy bien. Espero que mañana compensen las horas que he echado hoy de más... Los jueves siempre suelen ser tranquilos.

martes, 29 de mayo de 2012

Al final hoy no ha sido tan malo como pensaba ayer. Imaginaba que, al estar aquí su tia y su abuela, los niños pasarían de mí como lo habían hecho la tarde-noche anterior (he introducido el concepto tarde-noche en mi vida. Entiendo que lo llamen así, es aún por la tarde pero se van a la cama). Cuando se levantaron, estuvimos llenando sus cuencos de cereales y luego empezamos a jugar subiéndonos a las sillas y a la mesa (creo que los consiento demasiado).

Hoy, tocaba recoger a Romally para llevarla también al cole. Antes de salir de casa, la abuela de Alannah le preguntó si quería hacer pipí, pero no tenía ganas... hasta que estábamos en mitad del camino al cole y ya no se podía aguantar. Así que la puse a hacer pipí entre dos coches y la limpié con la servilletita de flores del almuerzo de Romally.

Después de llevar a Alannah al cole, llevé a Charlie a la guardería, aspiré las habitaciones y los baños y me fui a estudiar al parque. Es un gustazo estudiar en el solecito, delante del lago lleno de patos y con las ardillas correteando a mi alrededor.

La tarde la he tenido tranquilita, sólo he tenido que bañar a los peques y llevar a Alannah al ballet donde, a la salida, de nuevo se hacía tanto pipí que no podía esperar y tuve que quitarle el body y ponerla en unos setitos. Cuando terminó, corrió a toda velocidad para alcanzar a Romally.

Al llegar a casa, Alannah quería darle un beso de despedida, pero ella le vacilaba claramente y se iba en su patinete riéndose, así que Alannah se volvió entre triste y mosqueada. Así que cuando Romally fue finalmente a darle un beso, Alannah no quería. Tendríais que haberlas visto, parecían de novela (Tamsyn siempre llama a Alannah Queen of drama, la reina del teatro/drama). La cosa llegó tan lejos que, de repente, las dos salieron corriendo, se empujaron y Romally trincó a Alannah por los pelos hasta que Mave y yo salimos corriendo y logramos separarlas.

Cuando llegamos de nuevo a casa, aunty Jackie (tita Jackie) se despidió para volver a su ciudad. De nuevo, somos sólo seis y la abuela, que es un encanto. Lo único malo de conocer a gente nueva una y otra vez es que siempre me preguntan las mismas cosas y siempre tengo lo mismo para responder. Aunque estoy avanzando mucho con la comprensión del inglés.

Mañana, Hugh y Tamsyn celebran su aniversario, así que volveré a hacer de baby sitter. Os mantendré informados. ¡Buenas noches!

lunes, 28 de mayo de 2012

Hoy el día ha empezado muy bien y ha terminado fatal. Por primera vez, Charlie y Alannah han venido juntos a despertarme a mi habitación. Quizá eso pueda pareceros malo, pero a mí me ha hecho mucho ilusión que vengan contentos a despertarme (de todos modos, sólo ha sido dos minutos antes de sonarme el despertador). Lo peor ha sido que, con la calor de estos días, duermo en paños menores, así que ha sido una pillada en toda regla.

Hoy llegaban la madre y la hermana de Tamsyn; así que, después de llevar a Alannah al colegio, he llevado a Charlie al parque para que pudiera limpiar tranquila. Ha sido genial. Primero nos hemos tomado un heladito en una de las cafeterías del parque y después hemos ido a la paddling pool (piscina para niños). Para que os hagáis una idea, es como una playa pequeñita, donde hay una explanadita de arena y otra con agua hasta los tobillos, con fuentes en medio. La vez anterior que fui, como aún hacía frío, no había agua. Así que me ha pillado por sorpresa.

Todos los niños estaban allí en bañador (o con esos trajecillos de neopreno chillones que se ponen por aquí), aunque también había pequeñajos en pañales, así que no me lo pensé y dejé a Charlie en pants (calzoncillos). Él estaba loco de contento y no paraba de decirme que me metiera con él (yo, en vaqueros y con mis sandalias nuevas), así que me descalcé, me remangué los pantalones y allí que fui a salpicar y corretear por el agua. Yo era la "madre" más mojada y Charlie, el niño más chorreando.



(Foto del principio y del final. Fijaos en el pelo y en el color de los calzoncillos).

Debía de parecer tan divertida que, en una de estas y sin venir a cuento, un niño loco me tiró encima un cubito de la playa lleno de arena y me persiguió por toda la piscina echándome cubos de agua. Mi reacción (como siempre, tan adecuada) fue salir corriendo gritando "No, please, why?" (no, por favor, ¿por qué?).

A la hora de irnos, como no tenía toalla, le quité los calzoncillos y nos pusimos un ratito al sol hasta que nos secamos. El pobre estaba tan cansado que, cuando lo metí en el carro, tardó minutos en dormirse y, cuando llegamos a casa, lo dejé allí dormidito hasta que se despertó media hora después y le puse su tele y su plátano.

Justo cuando estaba limpiando mi plato del almuerzo, llegó la hermana de Tamsyn, pero apenas la saludé y me subí a mi habitación para dormir una siesta, la cual no se ha llegado a dar. Cosa de una hora y media después, Tamsyn y su hermana estaba en el jardín y el timbre no paraba de sonar, pero nadie abría. Yo sabía que era su madre, así que imaginé que le haría ilusión recibirla, pero en vista de que nadie abría, lo hice yo misma. A la madre le ha hecho muchísima gracia. No paraba de contárselo a todo el mundo.

La tarde la he tenido libre, pero he estado descansando y estudiando en mi habitación. Cuando bajé, en la casa estaba toda la estirpe Brennan. También su prima y su sobrina (hija de la hermana que está aquí ahora). Y los niños, por supuesto, pasando de mí. No he podido sentirme más fuera de lugar en un día en el que estaba tan contenta. Son geniales, súper simpáticas, pero me he cortado muchísimo al ver a tanta familia hablando inglés y apenas he balbuceado tres palabras mal dichas. Realmente es difícil sentirte incómodo y fuera de lugar en la casa en la que vives. Veremos a ver cómo se da la semana...

domingo, 27 de mayo de 2012

Por fin me siento un rato para contaros mi fin de semana. Los pillamos con tantas ganas que empezamos la semana más cansadas de lo que las terminamos. Empecemos por ayer...

Este era el último fin de semana del Erasmus de Mónica en Birmingham, así que iba a hacer una visita express a Londres con su hermano y su padre, que han venido a ayudarla con el piso y las maletas. Nosotras, por supuesto, no podíamos faltar. Como era la primera vez que sus familiares venían a Londres y sólo tenían un día, el plan era visitar todo lo protocolariamente visitable en unas horas (ahora entenderéis por qué no me sentí ayer con fuerzas para escribir el diario).

Quedamos con ellos a las 11:35 en la estación de autobuses de Victoria. El recorrido fue Buckingham Palace (lleno de andamios para el aniversario de la coronación de la Reina, la semana que viene), St. James Park, Trafalgar Square y Westminster, donde paramos a comer en un Mc Donalls (todo ese primer tramo, andando). Cuando terminamos el lunch, cogimos un barco por el Támesis que nos llevaba hasta London Bridge y Tower of London y, de ahí, un metro hacia Candem Town. Evidentemente, lo que más nos apetecía era pedirnos unos refrescos y tomárnoslos en el río. 

Una de las cosas curiosas del día, y con la que nos detuvimos más tiempo que en el mismísimo Big Ben, fue cuando una pareja medio perroflauta medio árabe (acabo de odiarme a mí misma por estas palabras; sin embargo, no voy a borrarlas) llegó al riachuelillo con un par de barcos unidos, los cuales parecían sus casas, y querían atravesarlo. El río tiene unas presas para que pasen los barcos, así que tenían que abrir unas y cerrar otras para que se fuera nivelando el nivel de agua y poder pasar, lo que les llevó una hora. Lo curioso es que la mujer hizo todo el trabajo mientras el hombre la miraba y mandaba, el padre de Mónica no daba crédito, quería decirle a la mujer que su marido era un huevón (afortunadamente, no sabe hablar inglés).

Cuando lograron atravesar el tramo, nos fuimos de tiendecitas, pero ya estaban quitando los puestos (aquí siguen cerrando a las cinco-seis los establecimientos en verano, aunque haya sol hasta las diez). Así que nos fuimos a tomarnos algo a un pub muy alternativo, situado donde antes se encontraba un hipódromo, y donde hay música en vivo, rinconcitos privados donde parece que hacen streepties, un jacuzzi... Un bar que sólo podría verse en Candem Town.

Nuestra última ruta fue hasta Picadilly Circus, en metro, que nos lo habíamos saltado en nuestro primer tramo y, de nuevo, hacia Victoria andando para llegar a casa. Justo ayer (un sábado por la noche), los ingenieros estaban comprobando las vías, así que había retrasos y tardé en llegar a casa. No podía más con mi cuerpo... 

El plan para hoy era visitar Oxford. Nos lo estuvimos planteando varias veces a lo largo de la tarde, porque estábamos muy cansadas y ese plan implicaba madrugar y andar; pero, al final, decidimos que sí. Cuando llegué a mi habitación, pensé en mandarle un mensaje a Manon para cambiar de planes (mi móvil inglés no funciona desde hace un par de días): si le llegaba, bien; si no, iría a Oxford. No le llegó, así que fui a mirar los horarios del tren. ¡No!, los ingenieros seguirían trabajando y el tren necesitaría transbordos en autobús y tardaría media hora, lo que implicaba madrugar más. Decidí enviarle un mensaje desde el móvil español. Justo entonces, me funcionó de repente el Wifi y me llegó un Whatsapp de Manon diciéndome que me conectara al Facebook (cuanta terminología contemporánea, mi abuela no lo va a entender). Su tren iba a tardar una hora y media. Era una señal que, además, no habíamos comprado los billetes de autobús cuando teníamos pensado haberlo hecho. Así que decidimos hacer un plan más tranquilo.

El primer lugar de encuentro ha sido, de nuevo, Primark (lo sé, pero necesitaba sandalias). Ya las veréis en fotos, me he comprado dos (pares) por tres y cuatro libras. Monísimas. Unas de ellas, de color menta (como no) y las otras, copiadas de las de Mónica. Así que me cambié el calzado y nos fuimos camino a Regents Park para hacer un picnic; pero antes, de camino, paramos en un Subway para comprarnos unos bocadillos.

El parque es gigante, precioso y estaba lleno de gente tomando el sol, jugando al fútbol e, incluso, en bikini (Tamsyn me ha dicho que los ingleses y los irlandeses se vuelven locos cuando ven un rayito de sol). Nos ha encantado el plan de hacer picnics, porque podemos tirarnos como si fuese la playa, tomar el sol, charlar, comer y, además, en un sitio precioso donde echar fotos. Había también un lago gigante con hidropedales en los que nos queríamos montar, pero no llegamos a encontrar el embarcadero. Ya lo haremos otro día...






(Como podéis ver, aquí esto de la Fanta, el Nestéa y el Aquarius no se lleva mucho...)

A última hora de la tarde queríamos ir a dar un paseo por un barrio muy vintage en el que estuvo Manon con Mónica el fin de semana en el que estuve en España, así que cogimos el metro. Casualidades del destino, justo cuando acabábamos de salir de la estación y de haber pagado, Manon se dió cuenta de que se había equivocado, pero ya decidimos que haríamos algo por allí (estábamos en Leicester Square). 

Queríamos ir a una terracita a tomar un refresco, pero vimos un Burger King y se nos apeteció un helado. Cuando entramos, de repente pensamos que mejor en el Mc Donalls y nos fuimos. Al llegar al Mc Donalls, una muchacha nos atendió, pero le dijimos que esperara un momento, que aún no habíamos decidido. Casualidad o no, en ese momento nos habló una chica española por si preferíamos que nos atendiera. Por lo visto, lleva aquí dos meses y suele quedar con un grupo de españoles (no me regañéis, sólo hablo español los fines de semana). Así que nos hemos dado los Facebook.

El resto de la tarde, la pasamos charlando en el Mc Donalls, comiendo helado y bebiendo Coca Cola. 

Mañana llegarán a casa la madre de Tamsyn y su hermana. Por otra parte, se supone que los días de buen tiempo sucesivos se han terminado y que mañana volverá a llover, aunque seguirá haciendo calor. ¡Os mantendré al tanto de todo! Buenas noches.

viernes, 25 de mayo de 2012

Como ya auguré la semana pasada, hoy es viernes y he logrado estar los cinco días sin bajones con los niños o con mi estancia aquí. Quizá sea el buen tiempo... Pero es verdad que se agradecen los fines de semana y poder desconectar.

Hoy, el camino hasta el colegio con Alannah ha sido más divertido. No se ha llevado su scooter, así que hemos ido jugando. Ella tenía 50 coches y vivía en una casa rosa, ella tenía 45 años y su marido 43. Yo, tenía sólo cochazos, dos hijos y un marido con 80 años (y yo 33), vivía en su misma calle y trabajaba en un periódico. Pero entre que salimos más tarde que de costumbre y la tontería que llevábamos, hemos llegado con cinco minutos de retraso al cole.

Cuando llegué a casa, me fui una horita y media con Charlie al parque. Se llevó su bici, estuvimos dando vueltas en una rueda, escalando el tobogán, tirando palitos al hoyo, haciendo como que el viento nos llevaba, tirándose por el palo de bombero, comiendo galletas... Y, a la vuelta, Hugh estaba arreglando el jardín y, cuando se fue a recoger a Alannah, él se cogió la pala de su padre, yo me cogí un rastrillo de la playa y ahí que nos pusimos los dos manos a la obra con el jardín. Con lo que se lo pasa bomba es con su regadera de elefante. Sólo quiere que se la llene para ponerlo todo manga por hombro de agua.

Me hace gracia porque me acuerdo de cuando era pequeña, que me encantaba jugar con agua y meter las manos en el cubo de la fregona. Otra de las cosas que me está llamando mucho la atención de los niños (en general) es que están tan tranquilos jugando y, de repente, se quedan mirando cualquier cosa fijamente por unos segundos, la cogen, la tiran con todas su fuerzas y siguen haciendo lo que hacían por donde lo habían dejado. Da miedo.

Alannah y Hugh llegaron del colegio con Joe, Elliot e Isobel; y, después llegó una amiga de Tamsyn que tiene un niñito que se llama Bobby. Así que estuvimos un rato en el jardín. Esta casa está siempre llena de gente y eso hace que me sienta mucho menos como en casa. Cuando empiezan a hablar inglés sin ton ni son y empiezo a no entender nada, si no estoy trabajando, me piro a mi habitación.

Por la tarde, Hugh le ha limpiado la piscinita a los niños y se lo han pasado bomba poniéndose chorreando con la manguera. Tendríais que haberlos visto en la piscina con sus bañadores tipo guiri, que parecen un traje de neopreno, pero multicolor.

Con Ruari también he tenido hoy anécdota. Tamsyn estaba preparando la cena y el bebé empezó a llorar, así que me pidió si lo podía coger. Cuando lo tenía en brazos, se me quedó dormido, era una monería (huele mucho a bebé). Pero, de repente, ¡oh, no! empezó a toser y me vomitó encima. Tanto, que he tenido hasta que cambiarme de ropa...

¡Buenas noches!

jueves, 24 de mayo de 2012

Realmente, es difícil encontrar una rutina en esta casa. Hoy, como todos los jueves, Mave (entiéndase que los nombres de las personas que no viven en esta casa, me invento cómo se escriben) debería haber llevado a Alannah al cole y yo a Charlie a la guardería, pero hoy la peque tenía algo así como el día del deporte en el colegio y sólo era de 10:00 a 12:00. Además, todos los padres podían ir a verlos (cámara en mano), así que Hugh ha entrado más tarde a trabajar (no es el típico padre guiri que se pierde la final de baseball de sus hijos) y se han ido toda la familia al evento. Yo también estaba invitada, pero como eso no cuenta como horas de trabajo, decidí quedarme en casa planchando.

Hoy el día ha vuelto a ser muy caluroso. Cuando terminé de planchar, me fui un rato a estudiar al jardín y apenas pude aguantar la calor. Que, por cierto, teniendo las puertas abiertas del jardín, precisamente por la calor, cuando llegué con el cesto de la ropa, el gato gigante que merodea por los jardines estaba a sus anchas en el salón. Quiero pensar que no estaba comiendo...

Cuando llegó Charlie del día del deporte, estuvimos jugando un rato y lo metí en la cama para la siesta (es otra persona por las noches cuando duerme siesta) y, cuando llegó Alannah de casa de Romally, nos fuimos los tres al parque. Ellos, con bicis y muñeca incluidas.

Desde que han aprendido a jugar a hacer una casita para los erizos, echando tierra, palos, hierba y flores, se ponen perdidos. Charlie se quita los zapatos, los utiliza de pala para coger más tierra, se limpia en la ropa, se echa tierra en la cabeza, se refriega los mocos por la cara con las manos de tierra... ¡Hoy estaba negro! Tenía costras de barro hasta en los ojos y la boca. De vez en cuando, hasta tenía que decirle que abriera la boca y sacara la lengua para quitarle la tierra. La gente hasta nos mira por la calle. Pero está súper gracioso y él se mea cuando se ve en el espejo. Hoy no se lo podía creer, se quedo boquiabierto un rato. Y el agua del lavabo cuando los limpié antes de la cena estaba más puerca que nunca. Y lo peor es que empapan la esponja para beberse el agua.

A la vuelta del parque, Alannah ya no quería su bici. Como pesa y es muy incómoda de llevar le dije que se montara, pero no quería. Así que le dije que vale, la solté y seguí para adelante. Me gritó que no, así que logré convencerla. La pobre no quería montar en bici y la llevaba a cuestas. Como vio que yo estaba enfadadilla, me preguntó si hoy había sido mala o buena y se me rompió el corazón y le dije que ella siempre es muy buena, y le di un besito. Pero la verdad es que tiene un genio que no veas. Hoy, estaba intentando escalar por unas cuerdas y había un niño más mayor meneándolas y le gritó "Stop it!" (¡Para!). El niño siguió haciéndolo por unos segundos para no parecer un gallina, pero se fue de momento.

Y hoy tengo una buena noticia. Tamsyn me ha dicho esta mañana que ha estado hablando con Hugh y que that's fine (está bien), que puedo volver a España en junio. Sería del 21 al 30, más de lo que esperaba, así que ya tengo comprado el vuelo de ida (¡El mismo que el de mis padres!). Por otra parte, me ha dicho que en mi última semana de trabajo, en octubre, como se casa su hermana en Irlanda, no llevarán a los niños y que si me parece bien que venga la madre de Hugh y nos quedemos las dos con ellos, también con el bebé. Así que podríamos llamarlo el examen final donde pondré toda la carne en el asador, o todos mis conocimientos como au pair adquiridos.

miércoles, 23 de mayo de 2012

El sol ha llegado a Londres para quedarse, según los meteorólogos, por al menos dos semanas. Así que tendremos que aprovechar... En apenas un día, hemos pasado de tener frío con los abrigos a ir en manga corta desde por la mañana.

El plan de hoy era dejar a Alannah en el cole y llevar a Charlie al parque de Herne Hill a estrenar el nuevo playground (la zona de los columpios), que al final ha resultado estar cerrado. Pero hoy había una novedad, había quedado con una chica española que trabaja como nany (niñera) para llevar a los peques juntas al parque.

Cuando llegué a la casa donde trabaja, unos 20 minutos antes de la hora a la que habíamos quedado, Nathaniel (el otro niño, también con tres años) subió a enseñarle la casa a Charlie. Por lo que se ve (Londres también es un pañuelo), Tamsyn conoce a la familia y a mí me sonó la cara del peque desde el primer momento, por lo que a lo mejor Charlie ya lo conocía. Resulta también que justo acaban de cambiar de niñera, y la anterior era la que ahora es nany de Romally.

En el parque, Charlie ha sido a lazy boy (un chico vago). Ya de camino al colegio se venía peleando con Alannah porque los dos querían ir en el carro y Charlie no le cedía el sitio a Alannah, ¡pero no se ha querido bajar del carro en el parque más de diez minutos seguidos! Y cuando se bajaba era para tumbarse en el césped o en algún banco. Lo peor es que ha llegado a casa súper cansado y se ha echado una siesta de más de dos horas.

Como he estado todo el día fuera con los niños, he tenido la tarde libre; así que, al igual que Charlie, me he tumbado en la cama en mi tiempo libre y a las dos horas me he despertado. Esta es una de las cosas a las que me refiero cuando digo que quema no estar viviendo en tu casa. Me he despertado con sueño y me he levantado porque me daba fatiga no aparecer en el salón durante tanto tiempo, aún siendo mi tiempo libre.

Con Charlie, la relación va siendo cada vez más estrecha. Se pone muy contento cuando me ve, le encanta darme abracitos, disfruta mucho su tiempo conmigo... aunque tenga sus momentos de niño penoso, pero eso es comprensible. Con Alannah, la situación no cambia (casi podría decir que va a peor). Antes se abraza a un gato con pulgas que a mí, con tal de demostrarme que cualquiera es mejor que yo para ella.

Esta noche, cuando Tamsyn estaba acostando a Charlie, me iba a entrar con ella a su habitación a esperar a su madre y me dijo que no, que quería que la acostara su madre, yo le dije que yo no iba a acostarla, que sólo iba a entrar en la habitación y volvió a decirme que no, que su madre. Así que le dije que vale y que buenas noches y me fui a mi habitación y empezó a gritarme que podía entrar a su habitación si yo quería, "No, thanks" (No, gracias) le decía yo. "Please Ana, come with me!" (¡Por favor Ana, ven conmigo!). Así que al rato me fui con ella y estuvimos viendo el mapa que tiene en su cuarto.

Hoy también le he preguntado a Tamsyn si puedo volver a España durante la semana que ellos van a Irlanda y me ha dicho que tiene que hablarlo con Hugh esta noche, porque entonces tendrían que hacer cambio de planes. La verdad es que pensé que sería mucho más fácil...

Y eso ha sido prácticamente todo por hoy... ¡Buenas noches!

martes, 22 de mayo de 2012

Hoy, por fin, se han cumplido nuestras expectativas del sábado noche: el mal tiempo es el culpable de que nuestro estado de ánimo esté por los suelos. Ya se venía anunciando que hoy comenzarían unos warm days (días cálidos) y así ha sido.

Por la mañana, después de mi rutina diaria, llevé a Charlie a la guardería y aspiré la moqueta de toda la casa; así que, después de todo eso (ya eran casi las 13:00) me tocaban unas horas de relax. Como siempre, me vine a mi cuarto a repasar algo de inglés mientras veo la tele española en el ordenador, pero a la media hora, Tamsyn y Hugh me avisaron de que iban a salir y que aprovechara la mañana saliendo a la calle o en el jardín, que un día tan bueno no se podía desaprovechar. Así que, como ellos mismos se encargarían de recoger a los niños, me preparé el almuerzo, me lo tomé en el jardín en paños semi-menores y me puse a tomar el sol en una hamaca mientras escuchaba música y cantaba. La verdad es que necesitaba algo así.

También, mientras recogía a Alannah del ballet, Joe (la madre de Elliot) me presentó a su cuñada Beth, la nany (niñera) de Romally a partir del próximo mes. Lo primero que le dijo sobre mí, no obstante, fue "She's Ana, Alannah's au pair. Elliot loves her! (Ella es Ana, la au pair de Alannah. Elliot la adora), mientras Elliot no paraba de darme abracitos. Ha sido muy simpática conmigo y, una vez más, me han dicho que hablo muy bien inglés. Quizás quede con ella algún día para llevar a las niñas juntas al parque.

Con el buen tiempo, la cena ha sido también genial. Hugh y su madre han preparado una barbacoa en el jardín con cous-cous, pollo, ternera y pescado a la brasa. Y, de postre, esponjitas de chuchería calentadas en la barbacoa.

La madre de Hugh vuelve a Irlanda mañana por la mañana temprano, así que no volveré a verla. He debido gustarle, porque cuando me conoció me dio la mano y hoy, al preguntarle si la vería mañana, se ha despedido dándome un beso y un abrazo. La verdad es que me hablaba mucho y le encantaba preguntarme cosas en español (cosas esenciales, sobretodo, como cilantro), para que después la entiendan en las tiendas españolas (concretamente, en El Corte Inglés me ha dicho).

Para terminar hoy, quería hacer una mención especial a mi primo Ángel, que hoy ha cumplido 19 años, ¡felicidades!

Os dejo algunas fotillos del finde. Tenía también del día de hoy en el jardín tomando el sol, pero las he hecho con el movil y no me deja mandarlas por email. Sorry...

                                Victoria Square

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lunes, 21 de mayo de 2012

Este último sábado, crucé el umbral del primer mes en Londres. Se me está haciendo un poco duro. El hecho de estar viviendo en casa de unos desconocidos quema mucho. Cuando quiero ducharme, lo aviso; cuando quiero tomar algo, me cercioro de que sea el momento adecuado; cuando están todos en el salón en sus respectivos menesteres, no sé qué hacer...

Hoy, además, Tamsyn me había dicho que me haría un planning de la semana, pero no lo ha hecho. El problema de eso es que no puedo planificarme mis días porque no sé cuándo me pueden necesitar. Ya no para quedar con alguien o ir al gimnasio, simplemente para estar en mi habitación y poder cerrar la puerta, y no dejarla abierta por si me necesitan o con cargo de conciencia de si estaré metida en mi habitación cuando debería estar trabajando (aunque sólo sea ver los dibujitos con los niños).

Hoy estaba aquí la abuela. La verdad es que me ha parecido mucho menos estirada de lo que creí ayer y me ha sacado muchas veces tema de conversación. Además, la he ayudado varias veces a lo largo del día, sobretodo a decirle donde guardan las cosas (me he dado cuenta de que soy una experta en casa de los Brennan). Su papel aquí ha sido el de ayudar con las tareas domésticas: aspirar, planchar... Aunque me ha hecho mucha gracia que en el tendedero había cuatro cosillas mías y me las ha dejado allí de regalo.

Después de llevar a Alannah al colegio, las amigas de Tamsyn vinieron a tomar un café, así que me fui con Elliot y Charlie a jugar al jardín. Comenzaron regando las plantas con una regadera con forma de elefante que le compraron a Charlie hace un par de semanas; por supuesto, acabaron echando el agua por los aires. Charlie se puso perdido de agua. "Oh, Charlie, you are full of elephant's wee-wee" (Estás lleno de pipí de elefante), le dije. Le gustó tanto, que se lo dijo a todo el mundo.

Uno de los momentos más difíciles del día para mí es cuando tengo que recoger a Alannah del colegio y siempre me recibe con cara de decepción y preguntándome por su madre. Hoy, como siempre, no quería despedirse de su amiga Isobel (siempre se dan besitos de boca, besitos de nariz, besitos de dientes... pero sus madres siempre le regañan por darse besitos de lengua) y una de las manualidades que había hecho en el cole (siempre vuelvo a casa cargada) se la quería regalar a Isobel, pero cuando nos fuimos, se le había olvidado, así que quería que volviésemos atrás para dárselo. Yo le dije que ya no sabía dónde estaban, que se lo diéramos mañana, pero se enfadó conmigo. Al principio iba muy lenta en el patinete, pero luego se acordó de que más adelante estaba Romally (de la que antes había pasado cuando estaba Isobel) y corrió que se las pelaba.

Al llegar a casa y ver que no estaba su mamá, empezó a llorar desconsolada, pero no le hice mucho caso, así que se fue a su habitación a llorar y, al poco rato, ya estaba tranquila llamándome para ayudarla a cambiarse de ropa. Cuando Charlie llegó, también estaba llorando y decía que no quería ir al parque. Hemos tardado más de media hora en tratar de convencerlo, pero no había manera. Así que, al final, he ido yo primero con los niños y, a la media hora, llegó Tamsyn.

El playground (la zona de los columpios) estaba hoy a rebosar. Han salido unos rayitos de sol y los ingleses ya se creen que hace buen tiempo y hacen picnics y van en mangas cortas. ¡Los niños se han puesto perdidos! Estaban jugando a hacerle una madriguera a los erizos, en una agujero que había en el suelo, echando daisys, sticks, and grass (margaritas, hierba y palos), y acabaron utilizando sus zapatos a modo de pala, llenándola de tierra y echándoselo en las cabezas los unos a los otros. Total, hoy no me ha tocado bañarles...

¡Buenas noches!

domingo, 20 de mayo de 2012

Los días pasan rápidos, especialmente, los festivos. Uno de nuestros planes seguros antes de llegar era la visita a Mónica y Berta en Birmingham, y ya se ha pasado. Esta semana necesitaba desconectar por completo, las últimas horas con los niños habían sido agotadoras (y desmoralizadoras). Tanto es así, que ayer por la mañana, cuando me sonó el despertador, esperé a ver si los niños estaban ya levantados o no para bajar a desayunar antes o después (para no coincidir).

Antes de irme, coincidí con Charlie y su reacción fue llorar y esconderse llamando a su mamá. Yo fui a coger agua, que era lo que quería, y lo ignoré (no puedo machacarme también los fines de semana, me porto genial con ellos y así me responden). Al final, resulta que ha estado malito con fiebre todo el fin de semana (ahora lo entiendo, pobre). La verdad es que el miércoles, cuando lo toqué, lo noté muy caliente, pero no le di más importancia...

Cuando llegamos el sábado a la estación de Birmingham, Mónica y Berta nos estaban esperando con los brazos abiertos. Lo primero que hicimos fue dejar las mochilas en las consignas para irnos de compras (Primark, por supuesto). Me he comprado una blusa sin mangas de color menta y un bolsito de mano de un amarillo muy bonito, las dos cosas por siete libras. A ver si mañana puedo enseñaros fotos de todo. En Birmingham, al menos por aquella zona, hay un montón de tiendas de ropa diferentes y, algunas, con precios muy buenos. Nos hinchamos de mirar.

A la hora del almuerzo, Berta nos llevó a un buffet chino en el que había estado con su hermana. El sitio era gigante y con una decoración súper moderna. En la vida nos podríamos haber imaginado que el buffet sólo costase ocho libras, y menos después de ver la variedad de comida que había. Cada una, nos echamos dos platos con colmo y después un plato lleno de dulces, regados con la fuente de chocolate. ¡Estuvimos tres horas comiendo! Y, otro de los puntos fuertes del sitio es que había gente rarísima. Vimos a dos niñas con vestidos parecidos a los de comunión y con coronitas, una mujer vestida de princesa medieval y, mi preferida, una mujer ultra arreglada ¡y con los rulos puestos!

Después de almorzar, decidimos hacer un poco de turismo. Estuvimos en Victoria Square y viendo unos canales muy chulos. Y ya no había más que ver. Mientras nos hacíamos fotos, conocimos a un grupo de chicas españolas que están trabajando como au pairs en diferentes puntos de Inglaterra. Estuvimos un rato grande charlando con ellas y decidimos quedar para tomar algo por la noche en algún pub.

Antes de llegar a casa de Mónica, fuimos a comprar comida y bebida para lo que nos quedaba de fin de semana. Decidimos que Mónica no nos haría tortilla por la noche porque estábamos empachadas de comer, así que pedimos una pizza enorme familiar con una pequeña (por si nos sabía a poco). La hora de la cena fue muy divertida. Comimos en el salón, donde dos compañeros de Mónica (bautizados como Libro y Violonccelo) veían la final de la Champions. Libro no levantó la vista de su libro más que para hacer algún comentario inexpresivo de los goles; Violonccelo era más simpático, pero se le notaba harto de nosotras cuando le molestábamos viendo el partido para preguntarle cosas esenciales como cómo se dice en inglés "tener la edad del pavo".

La cena y las copas se prolongaron mientras aún no nos habíamos cambiado de ropa y teníamos que coger un tren hasta el centro, sólo para un par de horas que seguirían abiertos. Así que decidimos quedarnos en casa haciendo el tonto. Yo quería ir al bosque de al lado para ver ratas, pero como nadie me acompañaba en mi idea, Manon y yo nos fuimos al jardín a jugar al fútbol (a hacer un Mata). Manon subió a por su linterna y empezamos a hacer regates y tirar penáltiles. ¡Le metí un golazo que las dos lo flipamos! Pero Mónica nos cortó pronto el rollo, sus compañeros estaban acostados desde hacía horas y eran las cuatro de la mañana.

El día de hoy ha sido prácticamente durmiendo. Cuando decidimos levantarnos, obligamos a Mónica a que nos hiciera una tortilla (de ocho huevos) y Berta y Manon fueron a comprar los ingredientes para hacer pan de ajo con mozzarela. Sólo ha sobrado un triangulito de tortilla. Esta noche, mi cena ha sido un vaso de agua.

Mañana empezará una nueva y extraña semana. La madre de Hugh ha llegado hoy y no sé por cuánto tiempo estará ni cuál será su papel aquí. Al menos, Tamsyn me ha dicho esta noche que mañana me dará un planning de la semana... Esperemos que vaya bien.

viernes, 18 de mayo de 2012

Una vez más, por fin es fin de semana. Los finales de las semanas se me hacen eternos. Aunque bueno, la primera vez empecé cansada un miércoles, la segunda un jueves y ya vamos por el viernes. Quizá la semana que viene aguante el tirón por completo.

Aunque la verdad es que hoy no he trabajado mucho. Me levanté, como todos los días, y estaba Charlie sentado en el pollete de la cocina. Les di el desayuno, vacié el lavavajillas, me duché, vestí a Alannah, recogí los dormitorios... Pero hoy no tenía que llevar a Alannah al cole. Creo que hoy era el último día de descanso de Hugh y, como los viernes sólo tienen clase hasta las 11:45, decidieron que hoy no iría y que aprovechara el día con su padre. A mí me han invitado también, así que bueno, he ido.

El plan era vivir an adventure (una aventura), en un play site (sitio de juego); algo así como los cacharritos de la feria donde hay piscina de bolas, toboganes, colchonetas... pero a lo bruto. Y también había una especie de coches de choque y un carrusel a lo Baby Pinto.

Nuestra primera parada ha sido en los coches de choque, donde me he subido en el coche con Alannah. Al principio, yo iba llevándolo, pero, al final, yo sólo pisaba el acelerador y ella lo manejaba. La verdad es que nos hemos reído mucho con lo buena conductora que ha sido (aunque luego lo quiso coger ella sola y no daba pie con bola). Después fuimos al carrusel, del que no se querían bajar, y a Charlie no había quién lo bajara del coche de bomberos.

La parte de las colchonetas era genial, tenia de todo y era inmensa. ¡Y los toboganes eran altísimos! A mí, incluso, no me hacía mucha gracia tirarme (aunque lo he tenido que hacer treinta veces, estrenando medias). La verdad es que da gusto ver a Hugh jugando con los niños. Se le ocurren mil juegos, mil ideas, mil bromas... y lo mejor es que los niños siempre le obedecen. Aunque en uno de estos juego, ellos estaban debajo del tobogán haciendo el tonto mientras yo bajaba inevitablemente a toda velocidad y le di un rodillazo en la cara a Alannah.

A las cuatro horas de estar allí, cuando los niños se habían tomado el almuerzo y todo, empezaron a llegar niños mayores y a revolucionarlo todo, así que tuvimos que irnos (menos mal, yo ya no podía tirar del cuerpo). Y así estaban esta tarde Alannah y Charlie, que no había quién los aguantara. Aunque, realmente, tampoco he estado mucho tiempo con ellos, porque desde que ha nacido el bebé se meten todos en el dormitorio y allí se quedan por horas. Yo nunca sé muy bien cuál es mi papel en ese momento.

Prácticamente, esta tarde sólo he estado un rato con ellos, que querían que les pintásemos las caras (a Alannah de bruja, a Charlie de vampiro) y para bañarlos. Vaya baño me han dado. Sólo querían a su mamá y no había quién los metiera en la bañera. Y yo, encima, como una tonta jugando con ellos y haciendo pedorretas en el agua, que me he mojado el pelo entero. Y sí, en el momento se ríen, pero luego no me sirve para nada. A veces, me siento estúpida. Ayer, por ejemplo, con los regalos en la mesa con toda mi ilusión para que luego Alannah quisiera irse con Romally para no estar conmigo.

Sé que más de uno os preguntáis a cuál prefiero de los dos. Por una parte, Alannah es más mayor y no tiene tantas pataletas de bebé (fijaros bien, he dicho que no tantas); pero, cuando quiere, puede ser muy dura. Charlie, por su parte, me quiere mucho más y le tengo menos miedo a quedarme con él a solas, pero cuando se pone penoso, es increíble. Está hablando feliz y se pone a llorar de repente o está hablando de algo feliz mientras pone voz de lloro. Reconozco que para un vídeo de Youtube sería gracioso. Entre los dos, iba a elegir a baby Ruari, tan pequeño, tan suavito, oliendo tanto a bebé... Hoy se ha quedado un rato gigante durmiendo en mis brazos y parecía hasta que sonreía. Pero ahora está llorando, así que pospongo mi elección para otro día.

Mañana estaré en Birmingham de rencuentro con Mónica y Berta, no creo que pueda escribir. ¡Os cuento todo el domingo!, ¡buenas noches!

jueves, 17 de mayo de 2012

Siempre he odiado la rutina, pero cuando estás en un lugar extraño, lejos de tu casa y de tu gente, es necesario llegar a conseguirla para que los días sean mecánicos y no tengas tanto tiempo para echar de menos. Esta rutina, por su puesto, se puede (y se debe) saltar durante los fines de semana.

Desde que Tamsyn tuvo el bebé, exceptuando el primer día, la rutina de las mañanas ha pasado a ser tarea mía. Desayunos, almuerzo para Alannah, lavavajillas, llevar a Alannah al colegio... aunque hoy, como era jueves, Mave ha llevado a Alannah al cole y yo lo he sustituido por llevar a Charlie a la guardería. Yo sola, ¡mi primera vez!

A la vuelta de la guardería, aprovechando que estaba yo sola, fui a comprar al Salisbury's enorme una tarjeta para Tamsyn por haber tenido el bebé. En España sólo solemos comprarlas para poner los nombres de quienes han puesto dinero, pero aquí son esenciales en un regalo. Además, no sólo es que no las tiren; sino que, además, las ponen por la casa a modo de decoración. Cuando compré la tarjeta, vi que había también ropa de niños, así que vi mi ocasión pintada calva.




Para envolverlo, compré papel de regalo, pero olvidé el Fixo, así que he tenido que pegarlo con pegamento de barra y pegatinas de Alannah. Cuando terminé de envolverlo todo, llevé los regalos al salón y los coloqué en la mesa, a la espera de que llegaran los niños (tenía la foto, pero se vé que se ha enviado mal).

Por la tarde, antes del lunch y un poco después, Tamsyn tenía que ir a London Bridge a llevar a Hugh unos papeles del trabajo que había dejado olvidados en casa. ¡Era la primera vez que Ruari salía de casa! Tamsyn me avisó que llegaría un hombre a las 14:00 a hacer no se qué cosa de las paredes, que ella intentaría llegar a tiempo. No lo hizo.

Cuando llamaron a la puerta, yo estaba hablando con Damian por Skype y bajé a abrir a quien yo pensaba que sería un albañil o pintor. Venía vestido con traje. Resulta que era una especie de inspector, que venía a revisar la casa porque los vecinos de al lado quieren hacer reformas y necesitan saber si las casas de los lados están en buena situación. Su primera visita fue a mi cuarto (porque yo no encontraba las llaves del jardín), donde estaba mi ordenador y Damián al otro lado. Cuando el hombre empezó a pegar zapatazos en mi suelo, mientras describía el estado de mi habitación en una grabadora y Damián estaba viéndolo todo desde el otro lado, me entró la risa floja y me tuve que ir. La situación fue muy cómica.

Hoy Alannah ha tenido también sus momentos pasando de mí. Llegó con Mave y Romally del colegio y cogió su nuevo libro de colorear. Le pregunté que si podía ayudarla y me dijo que no, que era suyo. Y, acto seguido, le dijo a Romally que coloreara con ella. Cuando iban coloreando, yo les decía qué colores podrían quedar bonitos y Romally me seguía encantada al pie de la letra, pero Alannah siempre hacía lo contrario. Y, cuando Tamsyn fue a recoger a Charlie de nursery, Alannah empezó a llorar para poder irse con Romally (y para no quedarse conmigo). Realmente, estos momentos ya no me afectan, pero soy más feliz cuando me quieren.

Antes de la cena, tuve que bañarlos. ¡Me han vuelto loca! Metían la cabeza en el agua diciendo que eran submarinos, se echaban agua el uno al otro, salían corriendo escaleras arriba y abajo... así que tuve que cerrar la puerta con llave.

Después de que los niños cenaran, les di sus regalos. A Alannah, sobretodo, le ha encantado. Me ha dado las gracias más de una vez y vino a ponerse en mi regazo para preguntarme si lo había comprado en Londres o en España.

A la hora de nuestra cena, Tamsyn estaba muy cansada. Los niños dan mucho trabajo y el pequeño no para de llorar. Yo creo que no debe tener mucha leche aún la madre, porque una hora después de darle el pecho, mientras acostaba a los niños, empezó a llorar y yo le metí el dedo en la boca para ver si tenía hambre y me lo ha empezado a mamar dos o tres veces y se quedaba más calmado. Ha sido una sensación preciosa.

Me voy ya a la cama. Afortunadamente, hoy me he quedado despierta hasta más tarde porque, si no, Hugh se hubiera pasado la noche entera en la calle. Esta noche ha estado corriendo en una carrera en High Park y acaba de llegar a casa, pero había olvidado sus llaves. Por lo visto, lleva un rato largo llamando a la puerta, al teléfono y tirando piedras al balcón de Tamsyn, pero está tan dormida que no lo escucha. Y me ha mandado un mensaje diciéndome que por favor le abra la puerta!!! Pero ya todos están en casa, puedo dormir tranquila...


miércoles, 16 de mayo de 2012

Realmente, se nota la llegada del bebé. Esta mañana, cuando me levanté, sólo estaba Charlie en la cocina. Le pregunté si quería desayunar y le puse sus cereales con su Actimel mientras jugábamos (tiene una silla que se tira pedos cuando se levanta y jugamos a que está sentado y yo lo llamo urgentemente y, cuando suena el pedo, viene corriendo meándose de risa a darme un abrazo). Al acabarse el desayuno, me dijo que iba a subir el cuarto de sus padres con daddy, mumy, Alannah and baby Ruari.

Mientras esperaba al resto, preparé el almuerzo a Alannah (sandwich de pan de molde sin bordes con mantequilla y queso y con forma de corazón, un yogurt con forma de polo flack, una chocolatina, una manzana cortada en cuatro trozos y metida en una bolsa de animalitos y un zumo en una cantimplora en el que tengo que poner dos dedos de zumo y cuatro de agua). Seguían sin bajar. Así que vacié el lavavajillas.

Cuando por fin bajaron, Tamsyn se encargó de prepararles el desayuno (Charlie quiso repetir) y de vestirlos y Hugh llevó a Alannah al colegio y a Charlie a Tumble Tots. Así que mi labor de hoy ha consistido en hacer las labores domésticas: aspirar la moqueta y planchar dos lavadoras. Y casi no había terminado de planchar, cuando tuve que salir a recoger a Alannah del cole porque Hugh estaba manteniendo una conferencia por Skype.

La verdad es que la familia al completo ha cambiado mucho desde la llegada del bebé, o quizás sea que no estoy acostumbrada a ver también a Hugh en casa. Pero están adorables cuando los niños cogen al bebé, le dan besitos, se echan fotos... A veces, me siento fuera de lugar. Hoy ha sido muy gracioso cuando Tamsyn le estaba dando el pecho al bebé y Alannah ha empezado a "darle el pecho" a su muñeco.

Espero que mañana sea un día más tranquilo. Los jueves, Mave suele llevar y recoger a Alannah del cole y Charlie tiene guardería. Lo que suelo hacer es planchar o aspirar, pero ya me he adelantado hoy. No me gusta nada ser ama de casa...

martes, 15 de mayo de 2012

Tamsyn está hecha de otra pasta. Esta mañana, cuando me he levantado, escuché a los niños hablar con alguien en la cocina. Sí, era ella, que se había levantado a las 6:30 y estaba preparándoles el desayuno y el almuerzo para Alannah (os recuerdo que justo ayer tuvo un bebé). No me lo podía creer. Le dije que fuera a la cama a descansar, pero me dijo que no quería que los pequeños se pusieran celosos y que ya se acostaría de nuevo cuando estuvieran en el cole y guarde, respectivamente.

Después de llevar a Alannah al colegio, Hugh me pidió que preparara esta noche una paella para la cena. Así que fuimos juntos a llevar a Charlie al cole en coche (hoy de nuevo llovía, y mucho) y después fuimos al gran Sainsbury's que hay junto a la nursery (guardería) a comprar los ingredientes para la paella. Digamos que es como el Mercadona español.

Después de comprar algunas cosas, me llevó a una calle donde hay un montón de restaurantes y tiendas especializadas (carnicerías, fruterías, pescaderías...) y fuimos a comprar squids and mussels (calamares y mejillones). EEn el paseo, me dijo que Tamsyn y él habían hablado que, como estos días estaré un poco más ocupada con los niños, para agradecérmelo, quieren que elija un concierto este verano y me comprarán las entradas para mí y mi amiga (Manon). Yo le he dicho que no hace falta, que estoy aquí para ayudarles. Realmente, ahora estoy haciendo lo que pensaba que tenía que hacer cuando llegué. Antes de que naciera el bebé sentía que no me necesitaban...

La tarde (lo que ellos llaman afternoon, a las 5 ya lo consideran noche) me la he pasado entera metida en la cocina con Hugh, cada uno en sus recetillas y dándonos truquillos. Tengo que decir, para los que no sepan que odio el tomate y para los que lo saben, que hoy he picado dos tomates para el arroz con sus pipillas y todo y me he quedado tan pancha. No he gritado de asco. Aquí me estoy haciendo una mujer, de verdad.

Hoy, también por primera vez, ha venido una enfermera a ver a Tamsyn. Así funciona el protocolo sanitario en Inglaterra. Por lo que he podido escuchar, también le ha estado haciendo preguntas sobre cuántos hijos tenía, el nombre del bebé... Pero se ha ido muy contenta. Por lo visto, Tamsyn está evolucionando muy bien (y tanto, cualquiera diría que  acaba de tener un bebé. Ha cambiado mucho la idea de un parto y posparto en mi cabeza).

Cuando dejé la paella casi lista (a falta de echar el arroz y las gambas) llevé a Allanah al ballet. Mi relación con ella ha mejorado muchísimo. Ya está siempre jugando conmigo y cariñosa. A la vuelta, regresé con Mave (la madre de Romally), que había comprado flores para Tamsyn y regalos para los niños y vino a casa para verlos. Los peques, en contra de lo que pensaba, están locos con el bebé, es como si fuera su nueva mascota. Siempre quieren cogerlo, mirarlo, tocarlo... Charlie hoy, incluso, le ha dado su chupete y le ha estado enseñando sus juguetes preferidos.

Mi relación con el bebé es prácticamente nula. Me limito a mirarlo cayéndoseme la baba. Esta noche he tenido que keep an eye (echarle un ojo) y, al poco rato, ha empezado a llorar (sí, llora mucho). Así que lo he cogido como he podido... pero no ha surtido mucho efecto. Creo que soy muy mala cogiéndolo. Me da mucho miedo. Así, tan pequeño...

Por la noche, por fin cenamos mi paella (sí, el otro día fue el día del ratón y hoy es el día de la paella). ¡Les ha encantado a todos! Realmente era la primera vez que hacía una, pero son muchos años viendo a mi madre preparándola los domingos...


Ha sido muy gracioso, porque los niños no paraban de decir "paella", con un sonido algo así como "paeia" e, incluso, "paeieia" y, cuando yo he dicho la palabra, Alannah me ha corregido dos o tres veces porque dice que no sé decirlo bien.

¡Buenas noches!

lunes, 14 de mayo de 2012

Estoy reventada. Tengo muchísimo sueño y todo el cuerpo lleno de agujetas. Todo. Ayer fue un viaje de vuelta muy duro. Empezando por que Ryanair me cobró 50 euros por mi equipaje de mano (porque entraba en la cesta pero no salía con facilidad); después, tres horas de avión; esperar a mis dos maletas; más de media hora esperando el autobús; algo más de una hora en el autobús con miedo a no llegar a tiempo a la estación de tren; correr hasta la estación de Victoria con una maleta, un bolso de mano y el de la cámara de fotos, que pesaban demasiado para mí y se me caían todo el rato bajo las curiosas miradas de los transehuntes, coger el tren en el último segundo, bajar las escaleras empinadas y caminar más de quince minutos hasta casa. 9 horas de viaje sólo para ir a Londres. Fue una odisea.

Cuando por fin logré llegar a casa, las luces estaban encendidas. Yo ya había mandado un mensaje a Tamsyn diciéndole que llegaría tarde, que no me esperaran despierto, pero Hugh estaba bajando las escaleras. Después de darme un gran abrazo, me dijo que Tamsyn llevaba toda la tarde con contracciones y que esperarian un poco más para ir al hospital. Así que no he dormido nada. Primero, esperando a que llamasen a mi puerta para decirme que se iban; después, para no llegar a un sueño demasiado profundo, por si los niños se despertaban.

El bebé ha nacido a las 3 de la madrugada, así que el día de hoy ha sido bastante ajetreado.Todas las cosas que normalmente compartimos Tamsyn y yo, hoy me han tocado a mí sola. A las 6:30, Alannah ya estaba buscando a sus padres. Me levanté para explicarle dónde estaban e hizo unos pucheritos, pero nada que no pudiera arreglar un abrazo. Charlie estaba ya en la cocina muy silencioso con los cereales que había elegido ese día (de primeras, cuando ya estaban listos, cambió su elección).

Hoy tenía que poner en práctica yo sola todo lo que he aprendido en estas tres semanas y media. Y lo he conseguido. Sólo ha habido una cosa que había olvidado. Cuando bajé of tidding the children's bedrooms (hacer las camas y recoger las habitaciones de los niños), Charlie estaba sin pantalones ni calzoncillos. Why have you got your clother off? (¿por qué tienes la ropa quitada?), "because the wee-wee" (por el pipí). ¡Oh, no! Había olvidado acompañar a Charlie al baño antes de llevar a Alannah al colegio.

Hugh llegó alrededor de las 11 de la mañana para descansar un poco con Charlie y luego, volvió al hospital.En esa hora y media, aproveché para meter la ropa de la nueva maleta en el armario y, tenía razón mi madre, no me cabe ls ropa en el armario (ya os enseñaréuna foto. Así que hoy he estado todo el día ejerciendo mi labor como au pair. La verdad, es que hoy los niños se han portado genial conmigo.

Antes de las seis de la tarde, Hugh, Tamsyn y Ruari (es un niño, yo tampoco lo había escuchado antes ni sé aún pronunciarlo) ya estaban en casa (ya os dije que la cosa en Londres era rápida). Al principio, hemos vivido un momento muy bonito. Los niños estaban encantados, Alannah lo tenía cogido en el sofá y yo estaba tomando algunas fotos de la familia. Después, Hugh dió a los peques unos regalos que Ruari había traído para ellos: un vaso de Fireman Sam y un coche teledirigido para Charlie y una cabeza de Barbie para que Alannah la peinara y la maquillara. Después de eso, han hecho poco caso al bebé.

Ahora, voy a dormir un poco, que he perdido el hilo unas cuantas veces mientras escribía. El bebé no para de llorar, pero creo que cuando me quede dormida no voy a poder escucharlo. Las cosas han cambiado en esta casa...

jueves, 10 de mayo de 2012

Creo que el bebé va a esperar a que yo no esté para nacer... (otro más que no me quiere). La pobre Tamsyn no para de andar, de comer ultrapicante... y no hay resultados. Al menos, este fin de semana vendrá una prima suya para echarle una mano con los peques si naciera el bebé. Así que me ha dicho que no me preocupe y que disfrute de mi fin de semana en España.

Resulta que, al final, Hugh sí que me había traído mis billetes de avión ayer. El problema ahora es que hoy los policías que controlan el paso de fronteras están en huelga en toda Inglaterra y está habiendo muchos retrasos en los vuelos. Se supone que volverán a la normalidad mañana a las 11:00 (mi avión sale a las 16:00), así que espero que en esas horas dé tiempo de que se normalicen los horarios y mi avión salga a la hora prevista.

Tamsyn ha bromeado hoy conmigo y su amiga diciendo que tiene miedo de que no vuelva. Y su amiga (la madre de Elliot, el que me adora) decía que llegaría a casa diciendo: "¡Oh, no aguanto más la lluvia!, ¡no quiero volver!". La verdad es que el tiempo es deprimente. Se suponía que tenía que llevar a los niños al parque y a los columpios casi todos los días y, al final, nos quedamos aquí viendo los dibujitos. Lo peor es que, justo antes de cenar, siempre me entra muchísimo sueño viendo la tele y tengo que evitar continuar las mil cabezaditas que me pego en horas de trabajo.

¡Por fin me he aprendido el camino hasta la guardería de Charlie! (eh, no os paséis, que es muy difícil y sólo he ido cuatro veces). Quizá la semana que viene lo lleve yo sola o lo recoja; si es que ha nacido el bebé, porque de momento, Tamsyn prefiere que vayamos las dos a llevarlo e ir ella a recogerlo mientras yo me quedo con Alannah, porque dice que andar mucho adelanta los partos. La verdad es que me viene muy bien llevar a Charlie a la guardería acompañada de Tamsyn porque el camino es bastante largo y siempre aprovecho para practicar inglés.

Después de llevar a Charlie a la guarde he estado planchando. Ya voy teniendo un poco más de soltura, aunque creo que sigue sin ser lo mío. Lo que más odio es planchar sábanas, colchas y todas esas cosas. Tardo mil años y siempre siguen teniendo arrugas. Creo que lo dejo más por impaciencia que por creer que de verdad está planchado. Me entran unos sudores...

Y hoy ha estado aquí, de nuevo, mi fan Elliot. ¡Me adora! Sólo quiere jugar conmigo, enseñarme cosas... Su madre se preocupa un poco de que me quede jugando con él cuando no es ese mi trabajo, pero Alannah suele estar haciendo de las suyas con Isobel (la hermana de Elliot) en su dormitorio (lo primero que hacen siempre es ponerse vestidos de princesas); así que no me necesitan.

Desde el primer día, he pensado que una de las cosas que desconciertan a Alannah sobre mí es que no sepa hablar inglés. De hecho, creo que muchas veces le dice las cosas a su madre en vez de a mí porque cree que no la voy a entender. A menudo, me pregunta si sé lo que significa alguna palabra. Algunas veces son cosas súper difíciles y otras son palabras muy muy básicas, como ice cream (helado) o body (cuerpo). Hoy, por ejemplo, me ha preguntado: "How many English words do you know?" (¿cuántas palabras inglesas conoces?), "How many do you think that I know?" (¿Cuántas crees que me sé?), "Twenty one" (veintiuna), "No, more" (No, más), "Twenty two?" (¿veintidós?)...

Y ella ya está haciendo sus primeros pinitos con el español. Esta mañana tenía pactado con su padre decirme "Hola Ana, buenos días". Y yo les he enseñado una palabra, mientras se comían el helado, que les ha hecho mucha gracia (también a Tamsyn): cucurucho. Se meaban de risa y ya querían ponerle cucurucho a todo: "cucurucho with Ana's bottom" (cucurucho con el culo de Ana); "cucurucho with mumy's fat tomy" (cucurucho con la barriga gorda de mamá)...

Mañana y pasado no escribiré el blog porque estaré en España (no puedo creerme que pueda dormir tranquila sin tener que escribir todo lo que he hecho en el día). Supongo que, a mi regreso, tendremos un miembro más en la familia. ¡Ya os contaré!

miércoles, 9 de mayo de 2012

Estoy un poco asustada en la cama. Los niños no parar de llorar esta noche y Manon me ha dicho que es porque el niño va a nacer mañana y que, al ser niños, lo presienten. Me he imaginado, a lo Sexto Sentido, el espíritu del nuevo bebé llegando a la barriga de Tamsyn, subiendo por las escaleras y detrás de la puerta de mi habitación. Como nazca mañana, será el bebé diabólico.

Realmente, tengo una razón de peso para no querer que mañana sea el día. Tengo que imprimir mis billetes de avión y, como aquí no tienen impresora, me dijo Tamsyn que se lo mandara a Hugh al trabajo y que el me lo traería. Lleva dos días olvidándosele. Así que mañana le pediré a Tamsyn que me enseñe alguna tienda donde me lo puedan imprimir. Aún corro el riesgo de quedarme en tierra.

Parece que Charlie está durmiendo un poco más y que, desde entonces, no está tan penoso. Tamsyn se ha dado cuenta de que necesita to have a nap (echarse una siesta). No obstante, esta mañana he vuelto a meter la pata con él. Estaban desayunando y, cuando llevé a la mesa mi tazón de cereales, bromeé con ellos cambiándoles el plato. Y, entre broma y broma, le derramé el Actimel encima. Lloró, por supuesto.

Pero aún así, parece que las cosas van mejor. No sé si es su actitud o la mía. A Charlie le gusta jugar conmigo, enseñarme sus cosas... Hoy he tenido que despertarle de la siesta y no ha llorado nada, de momento hemos empezado a jugar a Fireman Sam; pero cuando llegó su madre, se quiso ir con ella. Tengo que acostumbrarme. Hoy, en Tooble Toots, los primeros minutos ha estado Tamsyn con nosotros y todos los besitos se los llevaba ella y, cuando se fue, volví a ser su prefe. Hoy, además, ha vuelto a llover (así estoy de resfriada), así que hemos ido con Charlie a un playgroup (grupo de juego). Es un salón grande lleno de juguetes para que los niños jueguen a sus anchas, aunque casi creo que ellos tienen más juguetes en casa...

Con Alannah, las cosas van mejor, aunque creo que es cuestión de mi actitud. Cuando no quiere saber de mí, sigo haciendo mis cosas, sin preocuparme ni entristecerme; y cuando viene conmigo, lo pasamos bien. Hoy, durante la cena, mientras Charlie estaba haciendo pipí y ella acababa de volver (ya os dije que es todos los días) me ha preguntado que quién es mejor, si mumy (mami) o yo. Yo le he dicho que mumy es so nice (muy agradable), y que yo también y luego le he preguntado si yo le parezco agradable y me ha dicho que no. Yo le he dicho que ella tampoco me lo parece y, al segundo, me ha dicho que estaba bromeando y nos hemos dicho lo mucho que nos gustamos la una a la otra.

El momento de la cena (salvo cuando está Hugh) es siempre uno de los más desagradables del día. Sea lo que sea la comida, nunca quieren comer. Se arrastran por los suelos, escupen la comida, se suben al baño... Hoy había para cenar arroz (rice) con guisantes (pies), maíz (corn) y salchichas (sausages). Podríamos decir que los ingredientes estrella, al menos en esta casa, son las salchichas, las habichuelas, la pasta, el maíz y los guisantes. A parte de los sandwiches (bocadillos), que todos los días nos comemos uno a mediodía. Y, por cierto, ahora que pongo palabras en inglés, por fin sé cómo se escribe carrito de bebé: buggy.

Por la noche, en el baño, hemos acabado los cinco chorreando y riéndonos un montón. Los pequeños tienen un crazy soap (jabón loco), que es como una espuma de afeitar pero que hace las veces de jabón para niños. Pues el jabón loco, haciendo honor a su nombre, ha empezado a salir solo del bote. Los niños no podían dar crédito. Ya no sabíamos qué hacer con el jabón, le poníamos el tapón y salía volando por la presión. Nos hemos reído muchísimo. Realmente creo que ha sido porque lo he agitado demasiado para que saliera, pero esto es un secreto. Os dejo una foto para que veais el momento en el que ya nos dimos por vencidos.


¡Buenas noches! Los jueves suelen ser tranquilitos, aunque el pasado fue una pesadilla. Tendré que hacer un hueco de tiempo para preparar mi mochila de vuelta a España por dos días. I'm excited! (¡estoy emocionada!)

martes, 8 de mayo de 2012

El bebé aún no ha nacido. Estoy empezando a acostumbrarme a una rutina que no sé exactamente cuánto tiempo más durará. Al menos, espero que sirva para que los peques se hagan a mí y acepten que, en algunos momentos, tendré que hacer las cosas que, hasta ahora, siempre había hecho su madre. Aunque también debería acostumbrarse Tamsyn.

Creo que le va a costar mucho trabajo delegar su papel de madre hagolotodo en mí. Esta mañana, por ejemplo, cuando estaba preparando el desayuno a los peques (hoy todo iba bien), cuando eché los cereales en los bols, ya estaba ella sacando la leche para echársela y poniendo el zumo y el Actimel encima de la mesa. Luego, saco el pan para preparar el lunch a Alannah y, y ya está ella poniéndole la mantequilla y el queso... A veces, sigo sin saber muy bien cuál es mi papel...

Por primera vez, hoy he llevado yo sola a Alannah al cole y, además, he tenido que llevar también a Romaly (su vecina y amiga pelirroja, que tiene una madre muy amable y a la que le robé el patinete sin querer).

Parece que los pequeños están más relajados. Hay momentos en los que se ponen insoportables siempre, como Charlie cuando tiene que subir a lavarse los dientes o cuando tiene que salir de la bañera. O durante la cena, que cuando se levantan a hacer wee-wee (pipí) ya no hay vuelta atrás. Han decidido que no van a probar más bocado por ese día.

Después de llevar a Charlie a la guardería, me ha tocado pasar las aspiradora por las escaleras y los dormitorios. Y hasta la tarde, cuando Alannah ha llegado del colegio con Isobel y Elliot, he tenido tiempo de descanso. A veces, pienso que me deberían haber tocado cualquier otros niños, porque todos me quieren más que los míos. Elliot, por ejemplo, me adora. Su madre me ha dicho que a todo el mundo le llama Ana y nunca me deja tranquila, siempre me está llamando para que juegue con él.

Los martes, Alannah toma la cena temprano para luego ir a Ballet (también los martes siempre suele venir alguna amiga de Alannah a comer a casa). Hoy me ha tocado a mí llevarla mientras Tamsyn recogía a Charlie de la guardería (es que me sé el camino de ida pero no el de vuelta). Mientras esperábamos para que entraran a Ballet, Alannah ya estaba harta de mí y, una vez más, tomó la actitud pasota conmigo. Pero, poco a poco, voy sabiendo cómo actuar en esas situaciones. Ella no quería jugar conmigo pero sus amigas (incluso las desconocidas para mí) se lo pasaban pipa mientras les hacía tonterías; así que sólo jugaba con ellas (ya os digo que todos me quieren más que los míos propios).

La noche ha sido tranquilita. Después de que los niños estuvieran en la cama y nosotros hubiéramos cenado,  Hugh quiso llevarme al gimnasio para enseñármelo. Es gigante. Tiene máquinas, piscina, pistas de tenis, clases de yoga, pilates, sppining... Quizá la semana que viene empiece a ir para hacer un poco de ejercicio y despejarme en mis ratos libres. Ellos me han sacado (y pagado) el abono y puedo ir cuando quiera.

Quizá mañana sea el día que nazca el bebé. Tamsyn estaba muy dolorida de la espalda esta noche, así que puede que nos dé la sorpresa. Yo estoy un poco triste, mi hermano ha encontrado un trabajo en Tarragona por casi cuatro años y se va en dos semanas. Aún no puedo creer que posiblemente este sea el final de la etapa de mi vida en la que mis padres, mi hermano y yo vivíamos juntos, comíamos juntos y veíamos la tele juntos mientras nos echábamos unas risas. Debo concienciarme de que en estos años mi vida va a dar un giro de 360 grados... (¿hola? ya lo ha hecho, estoy viviendo en Londres).

lunes, 7 de mayo de 2012

Hoy he tirado mis tulipanes blancos del primer día a la basura, the time flies (el tiempo vuela), aunque realmente me han durado mucho tiempo en mi habitación: diecinueve días.

Como os dije ayer, hoy era fiesta en Inglaterra, así que tenía el día libre. El plan era dormir e ir por la tarde con  Manon a echar unos bailes en un pub del centro, que me recomendó Paqui, donde los lunes ponen música española. Pero tenía un handicap importante: hoy también era la fecha prevista ara el nacimiento del bebé.

Así que, siguiendo con mi plan, me he levantado lo más tarde que he podido: a las 9 (no os riais, ha sido el día que más tarde me he levantado). Es imposible dormir más con el sol y los niños chillando desde las cinco de la mañana... Cuando bajé a desayunar (tomándomelo con calma, a veces me apetece estar sola) Tamsyn, mientras planchaba, me dijo que había pasado una mala noche y, al poco rato, se subió un momento a su habitación. Yo pensé que el médico había clavado la fecha y que el niño estaba al llegar, pero una hora después se bajó a cambiar a los niños para llevarlos a una fiesta de cumpleaños que tenían hoy con serpientes y tarántulas.

Realmente, ha sido un día muy raro porque veía a Tamsyn que se encontraba mal pero que iba para acá y para allá y Hugh, por su parte, lo mismo se iba un rato a correr que se encerraba en el cuarto del ordenador a hablar con su familia. Yo no sabía muy bien cuál era mi papel, ¡pero quería ir a bailar! Al final, decidí que lo mejor era quedarme en casa por si necesitaban mi ayuda. Y se ve que he hecho bien, porque cuando se lo he dicho a ambos por separado, esperando que me dijeran que no me preocupara, los dos me han dado las gracias. El bebé, evidentemente, no ha nacido...

El día de hoy lo he dedicado un poco a mí misma. He aprovechado para hablar con gente, para escuchar música, ponerme al día con las noticias españolas (no debería volver a hacerlo), ver algún programa de televisión y reforzar mi inglés. Por una parte, estoy escuchando canciones que me gustan en inglés, buscando la letra, tratando de traducirlas, sacando el vocabulario y las frases hechas que no conocía, cantándolas (en voz baja) para aprender la pronunciación y tratando de aprendérmelas. Por otra parte, estoy haciéndome un vocabulario con palabras que a lo largo del día he querido decir y no he sabido. Para una au pair es esencial saber decir: sonar, mocos, columpio, tobogán, coleta... incluso, dormir la siesta.

La verdad es que los días de descanso estoy genial con los niños porque puedo elegir cuándo estar con ellos. Que tienen ganas de jugar, nos lo pasamos pipa; que empiezan a llorar, se los cedo a sus padres (quizá es esa la relación que he tenido siempre con los niños). Por esa regla de tres, puedo deciros que este fin de semana he pasado mucho más tiempo con Alannah que con Charlie. Al pobre, últimamente no hay quién lo aguante y parece que con la peque las cosas van mucho mejor y que estamos empezando a conectar muy bien. La verdad, es que este fin de semana he disfrutado mucho de mis ratos con ella.

¡Buenas noches a todos! Mañana toca de nuevo madrugón. Y quién sabe si tendremos un nuevo miembro en la familia...

domingo, 6 de mayo de 2012

Los fines de semana me ayudan a olvidar las penas y las preocupaciones y a empezar la semana con otra predisposición. Además, creo que también es bueno para mi relación con los niños que no estemos tantas horas juntos, para que me pillen con más ganas. De hecho, esta mañana Alannah estaba súper contenta conmigo. Hemos estado un rato gigante jugando a esconder la manta (una vez ella y una vez yo) y encontrarla.

El centro de Londres está siempre a rebosar de gente. Hoy, para colmo, Victoria Line (la linea de metro azul clara) estaba cerrada. Eso no sólo me ha supuesto tener que dar el doble de vueltas por los subsuelos londinenses; sino que, además, el resto de líneas llevaban al doble de gente y parecíamos sardinas enlatadas.

Hoy teníamos entradas para el musical de Michael Jackson, "Thriller Live", así que por la mañana aprovechamos para dar un paseo por la zona, echarnos unas fotos en Trafalgar Square y comer en China Town. Realmente, no sé si siempre es así en Londres, si es por las Olimpiadas o si, simplemente, Manon y yo tenemos mucha suerte, pero justo en Trafalgar Square había hoy una especie de festival Indio con un escenario y carpas con puestos de comida y productos típicos. Os dejo algunas fotos del festival y de Trafalgar Square.




A mediodía, como teníamos pensado, fuimos a China Town a comer (en fin de semana, nada de lunch). En una de las calles, hay un montón de restaurantes que ofrecen buffet a precios muy económicos. Nosotras, elegimos el más barato de todos: cinco libras. El sitio era bastante cutre, de hecho, nos tocó sentarnos en una especie de sotanillo sin muchos adornos y con unas escaleras estrechas y empinadas que teníamos que subir y bajar cada vez que íbamos a coger comida, pero la comida estaba buena, a pesar de que la variedad no fuera mucha.

Apuramos al máximo el tiempo en el restaurante porque el musical era a las 15:30 y el tiempo (bastante frío) no acompañaba para dar demasiados paseos. Cuando salimos, fuimos a comprar algunas chuches para el espectáculo, así que nos metimos en un centro comercial. ¡Cien gramos de chucherías valían dos libras!, así que decidimos ser cautelosas y coger sólo algunas pocas para quitarnos el gusanillo (el buffet chino no incluía postre). Cuando habíamos echado unas diez chucherías, Manon fue a pesar la bolsa en el mostrador del dependiente ¡y ya costaba casi cuatro libras! Así que, ante la atenta mirada del vendedor, soltamos sigilosamente la bolsa y salimos pitando de la tienda. Al final, fuimos a una tienda de souvenirs a comprar unas chocolatinas y, cuando por fin nos disponíamos a entrar al teatro, (maldición) se me cagó una paloma encima de toda la cabeza y todo el abrigo.

El musical ha estado entretenido. Más que un musical, parecía un concierto porque no iba contando ninguna historia, pero las voces y los bailes eran realmente buenos y nos han hecho cantar y bailar. Yo, de hecho, era la voz cantante, porque cada vez que pegaba un grito de motivación en pleno silencio, me seguían unos cuantos. Cuando hemos salido, nos hemos quedado con más ganas de seguir escuchando a Michael Jackson. Eso es buena señal.



A última hora de la tarde, hemos paseado por Buckingham Palace y Green Park. El parque está mucho más bonito que cuando estuve hace tres años porque, al ser primavera, estaba lleno de flores de todos los colores. El problema era que estaba infestado de ardillas. Había tantas y tantas ardillas a la vez, que ya ni quería echarles fotos. Me está dejando de hacer gracia (bueno, a veces me conquistan). Además, también hemos visto un ratón.



¡Buenas noches y un beso a mi madre por ser su día! Mañana es fiesta en Londres (no sé si en toda Inglaterra) así que, en principio, no trabajo. Aunque también es el día que Tamsyn tiene marcado como el nacimiento del bebé... ¡qué nervios!

sábado, 5 de mayo de 2012

De nuevo, fin de semana. Es genial poder desconectar de la semana, de los peques y del inglés (el idioma) y ser turista por unos días. Además, tengo mucha suerte de tener a Manon tan cerca y poder charlar explorar Londres, reírnos y charlar de nuestras cosas (que cada vez más suelen ser sobre si nuestros niños comen, lloran o duermen bien... nuestras charlas han envejecido 10 años).

Como nuestras estrategias de quedada los fines de semana anteriores no eran demasiado efectivas, hemos decidido elegir unos cuantos puntos de encuentro en Londres que ya conocemos para no tardar una hora en encontrarnos (algo así como nuestros arcos de la Avenida). Hoy hemos intentado ir de nuevo al mercado de Portobello, así que habíamos quedado en en el mismo sitio que nos encontramos el fin de semana pasado.

Llovía de nuevo. No tanto como para que no hubiese mercado, pero lo suficiente para no dejarnos disfrutarlo. Así que dimos un paseo, vimos de paso los pocos artistas callejeros que había hoy, comimos en un mexicano y decidimos cambiar el plan por uno de lluvia: Madame Tussauds (el museo de cera). Manon tenía un ticket de 2x1, así que era asequible para nuestros humildes bolsillos de niñeras (el precio normal es de 30 libras). Aquí os dejo algunas fotos:




La anécdota del día ha sido que ya he descubierto lo que se siente cuando se cierra la puerta del metro y tú estás pasando en ese mismo momento. Yo siempre soy muy cuidadosa cuando suena el pito de que se van a cerrar las puertas; pero, esta vez, se cerraron y se volvieron a abrir (nosotras pensamos que qué amable el chófer, que nos había visto y nos estaba dejando subir), así que pasó Manon y, cuando fui a pasar yo, se me cerraron ¡y me pillaron enterita! Mi reacción (siempre muy adecuada) fue gritar con voz de pito "¡No!". Lo peor es que el vagón estaba casi vacío y silencioso, así que todos pudieron verme de lleno. Total, para nada, porque encima nos habíamos equivocado de tren...

En cuanto a los animalejos varios, la ardilla sigue en nuestro jardín y, llegando a casa esta noche, había un ratón en la acera... Malo. Muy malo...

¡Buenas noches a todos! Hoy he aprovechado más el día con Manon y se me ha hecho bastante tarde. ¡Os dejo un adelanto del día de mañana!